La marcha hacia la firma del ‘consenso fiscal’ que el gobierno nacional espera rubricar el próximo jueves en una nueva convocatoria a los gobernadores en Casa Rosada, donde deberá sortear los obstáculos que seguramente se plantearán -la baja de ingresos brutos asoma como la mayor resistencia a la reforma tributaria en un ámbito de recelo por la compensación a Buenos Aires por la eliminación del tope al Fondo del Conurbano- en reuniones ‘por grupos’ que se llevarán a cabo entre martes y miércoles para ir afinando el lápiz para el acuerdo final.
El entendimiento que busca la Nación y motivó la reunión del último jueves cuando Mauricio Macri recibió a los mandatarios provinciales en el Salón Eva Perón, busca un pacto para que el oficialismo pueda sancionar en las sesiones extraordinarias que tendrán lugar en el mes de diciembre la reforma tributaria, la ley de responsabilidad fiscal y el Presupuesto 2018. Cada norma viene atada a la otra según la arquitectura trazada en el Palacio de Hacienda.
Pero en el medio se coló la discusión por el histórico reclamo de Buenos Aires por el Fondo del Conurbano: desde 1992 recibe $650 millones y en los últimos 15 años el excedente de ese tributo se repartió entre el resto de las provincias que pasaron a cobrar mucho más dinero que la Provincia.
De alguna manera, el histórico reclamo pasa a ser una moneda de cambio para lograr un acuerdo político global. Se garantiza que los distritos del interior no pierdan los fondos que cobraban por ese tributo y que se va a encontrar ‘una solución de manera gradual -de acuerdo a lo dicho por el ministro Rogelio Frigerio- para cubrir el reclamo de la provincia de Buenos Aires y así está dispuesta a retirar el reclamo de la Corte Suprema’. Para ello, se la busca compensar con $20.000 millones sólo por este año.
La propuesta oficial es que la Provincia retiraría la demanda por el Fondo en la Corte Suprema, que de tener un fallo favorable pondría en jaque a las arcas provinciales, a cambio de una compensación de $20 mil millones para este año que la gobernadora María Eugenia Vidal volcaría a la obra pública. Para 2018 y 2019 se aumentaría gradualmente ese monto -’hay que negociarlo’, admiten en el oficialismo- pero en las últimas horas trascendió que el Tesoro giraría por ese concepto a La Plata $40 mil millones y $60 mil millones, respectivamente.
Esos trascendidos causaron malestar en el resto de los gobernadores. Cuestionaron que ni siquiera se fueron de Balcarce 50 con ‘un borrador’ y que tampoco se haya discutido que va a ocurrir con los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) con los que Buenos Aires venía siendo beneficiada significativamente. Ahora, según se pudo averiguar, esperan ser convocados ‘en grupos’ entre martes y miércoles para limar asperezas.
En la semana también se llevarían a cabo reuniones técnicas en el Palacio de Hacienda. El ministro Nicolás Dujovne recibiría a los ministros de economía provinciales para intentar acordar la reforma tributaria.
El proyecto oficial prevé bajar la presión tributaria un 1,5% pero para ello, aseguran, ‘necesitamos que las provincias compartan el esfuerzo y bajen los impuestos más distorsivos para la productividad y competitividad de nuestra economía’.
Según se pudo averiguar, la baja gradual que se promueve en ingresos brutos constituye hasta el momento la mayor traba para un acuerdo. Ese tributo representa el mayor índice de recaudación en provincias como Santa Fe.
La propuesta global plantea que las provincias deberán desistir de los juicios que tienen contra el estado federal -hay 56 demandas por distribución de recursos- que en conjunto suman $340 mil millones.
A ello se suma el reclamo de la Provincia por el retroactivo del Fondo del Conurbano que equivale a más de $ 400 mil millones. Un motivo más para que la Casa Rosada busque dar una solución a este tema.
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