Autodefinido como keynesiano, Kicillof es el principal impulsor de proyectos económicos de trascendencia como la expropiación de YPF y el plan Procrear y una de las figuras más representativas de la agrupación política "La Cámpora".
Desde que empezó a circular su nombre, Kicillof fue siempre el candidato puesto para estar al frente del Palacio de Hacienda, pero la Jefa de Estado al asumir su segundo mandato prefirió no desgastarlo y lo designó viceministro.
Es docente e investigador y hasta ahora era secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo del Ministerio que hasta ahora encabezaba Hernán Lorenzino.
Apenas asumió comenzó a desarrollar actividades en cuestiones clave: como el mejoramiento de la capacidad operativa de YPF, que terminará con la nacionalización de la compañía, y la puesta en marcha del plan Procrear, de financiamiento de viviendas.
Kicillof fue el principal defensor del proyecto de ley de expropiación de YPF para lo cual concurrió al Congreso en un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Minería.
La gran pregunta es si alcanzará con estas modificaciones para dar una señal a los inversores de que pueden traer sus divisas al país, o el problema de fondo es que se cometieron errores gravísimos que no hicieron más que complicar lo que ya estaba difícil.
La señal más contundente de que la economía marcha mal fue la decisión de echar a la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, defensora a ultranza de la heterodoxia, que con una emisión monetaria récord terminó de recalentar la plaza financiera y no supo encontrar alternativas al cepo cambiario. La restricción cambiaria tal vez termine siendo, a la luz de la historia, la medida más equivocada que marque a fuego los últimos dos años de mandato de la Presidenta.
"Con el dólar no se jode", repetía el extinto Néstor Kirchner, quien seguramente hubiese sacado corriendo a cualquier funcionario que le llevara la idea de decirles a los argentinos que no podían proteger su patrimonio volcándose al dólar, por lo que quedaban a tiro de devaluación.
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