Faltan sólo 12 días para la segunda vuelta electoral, la que permitirá a los argentinos elegir presidente. Y ambos candidatos definen sus estrategias de último minuto, mientras se preparan para el debate el próximo domingo a la noche.

Los dos salieron a buscar votos allí donde más menos simpatías cosecharon en la primera vuelta. Así, Sergio Massa recorrió Córdoba y Santa Fe, mientras que Javier Milei se aventuró en el conurbano bonaerense mientras trata de contener a un grupo de diputados que amenazan con irse porque no están de acuerdo con que el libertario haya concretado una alianza con Mauricio Macri.

Consciente de que se trata probablemente de la provincia donde es más resistido, Sergio Massa desembarcó en Córdoba. Fue a Rio Cuarto, James Craick y a la ciudad de Córdoba, donde hizo un acto en el club General Paz Juniors. Rápido de reflejos, pidió perdón por los desencuentros históricos de los últimos años entre la provincia mediterránea y los gobiernos centrales que la ignoraron o destrataron. Y prometió escuchar los reclamos cordobeses si llega a ser presidente le próximo 10 de diciembre.

En una estrategia que repetiría luego en Santa Fe, Massa le hizo un guiño a los radicales y posibles votantes de otras fuerzas diferentes a Unión por la Patria. Tal vez por eso eligió Córdoba para anunciar que su ministro de Economía no será alguien de su espacio, sino de otra fuerza política. No dijo más, pero de esta manera lanzó las redes a un sector del río donde antes no había podido intentar pescar votos.

En Córdoba hay más de 1,2 millón de votantes que hoy están huérfanos de candidatos, porque en la primera vuelta votaron a Juan Schiaretti (665.000 votos consiguió el gobernador) o a Patricia Bullrich (que obutvo 557.000 sufragios en su favor). Además, en una provincia donde “kirchnerismo” parece ser una mala palabra, la aventura de cazar votos parece muy arriesgada. Pero Massa le apuntó a los radicales descontentos con el acuerdo Macri-Milei al anunciar que pondrá un ministro de Economía de otra fuerza política.

La estrategia se repitió en Santa Fe, donde Massa llegó el martes en busca de reforzar una performance que lo dejó en segundo lugar con 601.246 votos (29,68%) detrás de Javier Milei que logró 657.813 votos (32,47%). Allí, los huérfanos de candidatos son muchos menos que en Córdoba, pero no por eso resultan menos atractivos, en especial en una elección en la que cada voto cuenta.

Por eso, Massa apuntó a aquellos santafesinos que votaron al gobernador electo Maximiliano Pullaro, quien ya adelantó que no apoyará la candidatura de Milei. “Los santafecinos eligieron un gobernador que desde el 10 de diciembre tiene un enorme desafío que es devolverle la paz y la tranquilidad a los rosarinos y santafesinos. Quiero decirle desde acá, gobernador Pullaro, que me va a tener a su lado peleando para darle seguridad a cada santafesino y santafesina”, prometió Massa.

En Santa Fe hay 727.882 votantes que se quedaron sin candidato porque en la primera vuelta apostaron por Bullrich o Schiaretti. Y a esos es a los que ambos candidatos van a buscar.

Milei está mas relajado con la recorrida por el interior, en particular con las dos grandes provincias que son Córdoba y Santa Fe ya que en ambas le fue muy bien en la primera vuelta. De todas maneras, ya anunció que hará su cierre de campaña en Córdoba, porque claramente sabe que ese electorado puede empujar con fuerza y eventualmente darle un triunfo a nivel nacional como en su momento lo hizo con Mauricio Macri.

Pero por estas horas se concentra en el conurbano bonaerense, el territorio donde más difícil le resulta conseguir votos. Por eso el fin de semana estuvo en San Isidro y El Palomar, y en el comienzo de la semana estuvo en Ciudadela y Ramos Mejía, donde realizó actos de cercanía con la gente en el marco de el “Tour de la Libertad” como han decidido llamarle a este tramo de la campaña.

Pero en medio de tanta recorrida por las tierras bonaerenses, Milei tuvo que hacer un lugar en su agenda para aquietar las aguas —que estaban y están bastante revueltas— dentro de su propio espacio político. Ocurre que hay un grupo de diputados provinciales de La Libertad avanza que ya anunció su deseo de separarse del bloque porque está en desacuerdo con la alianza que Milei hizo con Macri. “Es nuestro límite moral” aseguraron.

El lunes por la noche, todos se reunieron en el hotel Sheraton Libertador —donde Milei está instalado desde las elecciones del 22 de octubre pasado— pero la calma no llegó. De hecho, fue bastante revuelta la reunión. A esta diáspora legislativa se le suma el descontento de tres referentes económicos de La Libertad Avanza que se quejan de que los han “silenciado” después del acuerdo con Macri.

“No quieren que salgamos en los medios ni Roque (Fernández), ni Darío (Epstein) ni yo”, aseguró Carlos Rodríguez reconocido economista del CEMA y uno de los primeros en apoyar a Milei. Habrá que esperar a ver si se ordena todo antes del próximo 19 de noviembre.

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