La devaluación del 22% del día después de las PASO no sólo hizo más pobre a toda la población sino que le trajo muchos dolores de cabeza a quienes conducen el Palacio de Hacienda. Para tratar de recomponer el poder de compra del salario, Sergio Massa dispuso que desde el 1 de septiembre todos los trabajadores del sector privado y del Estado nacional que cobren hasta $400.000 por mes, reciban $ 60.000 extras en dos cuotas, una ahora y otra en octubre. Pero como no tiene fondos para enviarle a las provincias y a los municipios, les permitió que adhieran los que puedan y quieran. Hasta el momento, al menos 11 provincias ya anunciaron que no pagarán este bono extra a sus trabajadores.
De esta manera, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Ciudad de Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Tucumán, Salta, Jujuy, Misiones y el Chaco ya confirmaron que no pagarán los $ 60.000 que dispuso el gobierno nacional. Básicamente —con algunas variantes— todos argumentan que no es necesario ya que tienen paritarias que actualizan por inflación o se le acercan bastante. Algunas cerraron una paritaria en la que una cláusula gatillo los obliga a renegociar si se dispara la inflación, como el caso de La Pampa o Neuquén. Otras, como Córdoba o la Ciudad de Buenos Aires argumentan que ya dieron a sus empleados aumentos que compensan hasta ahora la evolución de la inflación y simplemente se negaron a pagar la suma fija.
Incluso la provincia de Santa Cruz, que conduce Alicia Kirchner, anunció que ya dispuso un bono extraordinario en julio y que además están retomando las negociaciones paritarias con los distintos gremios. De manera que no se sumarán a la medida y no pagarán la suma fija.
Sin importar cuál fue la herramienta financiera que hayan acordado con sus trabajadores, lo que explican los gobierno de estas provincias es que no pagarán los $ 60.000 anunciados por el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria.
Son pocas las provincias que por ahora han confirmado que pagarán la suma fija. Luego de dudar y evaluar el “cómo”, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof decidió adherir a la medida y pagar los $ 60.000. Lo mismo harán Rio Negro, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca y Mendoza. Mientras que Chubut, San Luis y Tierra del Fuego señalaron que ya pagaron ese extra.
¿Cuánto pesará esto en las próximas elecciones del 22 de octubre? ¿Están las provincias donde ganó Milei en las PASO menos “motivadas” a pagar la suma fija dispuesta por Massa? Difícil discernir hasta dónde pesa la falta de fondos y hasta donde hay especulación política de gobernadores que no necesariamente están alineados con la candidatura de Sergio Massa.
Porque, claro está, la medida dispuesta por el ministro de Economía no sólo recompone salarios y jubilaciones, sino que busca un rédito electoral, al menos para compensar el efecto de “caballo ganador” de Javier Milei que pronostican las primeras encuestas post PASO.
Sin embargo, algunas provincias como Santa Cruz donde gobierna el Frente de Todos tampoco se sumaron al pago, mientras que Mendoza —donde Milei ganó en las PASO y gobierna el radicalismo— anunció que pagará los $ 60.000 en una sola cuota.
Complejo comprender la lectura que cada gobernador hace de los beneficios que esta medida podría traerles y de los costos que representan para sus enflaquecidas arcas. Pero lo que está claro que es la medida no logró tener una respuesta unánime ni alineada por simpatía política. Todo parece señalar que los motivos económicos pesaron más que los políticos. Pero el final es abierto.
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