Tras la confirmación de la candidatura de Elisa Carrió en la Ciudad, se le allanó el camino al ministro de Educación, Esteban Bullrich, para convertirse en el abanderado de Cambiemos en territorio bonaerense, donde a su postulación por una banca en el Senado nacional sólo le falta el broche definitivo.
Si bien en Cambiemos ya venían amagando desde hace meses con una eventual candidatura de Bullrich, el conflicto docente levantó el perfil del ministro y lo posicionó en la opinión pública como la contracara de un gremialismo “agresivo” (corporizado en la figura de Roberto Baradel) al que el gobierno asocia con el pasado.
Sus apariciones públicas poniendo el pecho a las balas y arremetiendo contra los reclamos docentes merecieron el espaldarazo público del presidente Mauricio Macri, pero sobre todo de su consultor en las sombras Jaime Durán Barba, quien luego de testear en su laboratorio distintas alternativas, se convenció de que Bullrich es el mejor candidato para polarizar con el kirchnerismo.
El gurú ecuatoriano es el mentor del giro discursivo que desde marzo ensaya el gobierno como estrategia de marketing electoral: lejos de los cándidos eslóganes que bogaban por la “unión de los argentinos”, ahora el macrismo cree que su mejor opción es subirse a la grieta y profundizar la confrontación para absorber buena parte de la base electoral de la “avenida del medio” de Sergio Massa.
Tal cual señaló DIARIO POPULAR el domingo, una encuesta de Julio Aurelio a pedido del oficialismo coloca a Bullrich con 32 puntos, en un escenario de paridad absoluta con Cristina Kirchner, mientras que Massa aparece rezagado con 22 puntos, lejos de la pelea.
El mismo estudio simuló otro escenario todavía más favorable para el ministro macrista: con Florencio Randazzo en cancha, Bullrich pica en punta con 30 puntos, seguido por la ex jefa de Estado con 28, Massa con 21 y el de Chivilcoy con 8 puntos.
Un dirigente de alto nivel, aseguró que Bullrich es “el mejor candidato”, con sobradas credenciales para “militar” la campaña más allá de la General Paz, pese a que edificó casi toda su carrera política en la Ciudad.
“Es el mejor candidato. Ha tenido una buena gestión como ministro de Educación de la Ciudad y en Nación. Es un militante político las 24 horas. Tiene vocación para ser candidato”, aseguró.
La fuente consultada reveló que Bullrich ya estaba en los planes de la Casa Rosada antes del conflicto docente, aunque no negó que la disputa con los gremios fue la catapulta que lo colocó al borde de ser oficializado como mascarón de proa de la boleta de Cambiemos.
Para liderar la lista de diputados, los nombres que suenan con más fuerza son los del neurólogo Facundo Manes y la diputada nacional del PRO Gladys González: ambos son los favoritos de la gobernadora María Eugenia Vidal, quien será el estandarte de la campaña de Cambiemos, aún cuando su nombre no figure impreso en las boletas.
Precisamente la gobernadora cenó la noche del domingo con Facundo Manes en un restaurante de Nordelta y, a la vista de todos, le habría ofrecido ser uno de los candidatos a integrar la lista con la que Cambiemos participará en las elecciones legislativas en la provincia.
Según fuentes del radicalismo, Manes, identificado políticamente con la UCR, aceptó “acompañar a la gobernadora en el lugar que ella disponga”. Si bien Manes era uno de los nombres que en los últimos días circuló con fuerza, también se comentaba que el neurólogo estaba algo reticente a aceptar el desafío. Es que, el radical, que según los sondeos que baraja Cambiemos cosecha buenos niveles de imagen positiva, tiene cierto resquemor al hecho de “meterse de lleno en una campaña política que se avecina muy agresiva”, confiaron las fuentes.
Sin embargo, la amena charla habría logrado convencer a Manes de la necesidad de “ser parte del equipo” con el que “Vidal asume la responsabilidad de ponerse al hombro la campaña en la Provincia”.