En medio del tembladeral que provoca desde hace 10 días la corrida cambiaria, el gobierno salió a comunicar que se encuentra ocupado y no “paralizado” frente a las “dificultades”, reafirmó el rumbo económico y el modelo gradualista, dijo estar ocupado en “cuidar el poder adquisitivo” de los argentinos por la devaluación aunque no dio detalles de eventuales medidas -salvo el acuerdo con los petroleros del martes- como tampoco precisiones sobre el crédito solicitado al FMI -minutos después se conoció desde Washington que sería un crédito stand by por U$S 20 mil millones-, negó cambios en el gabinete y aventó “fantasmas” que se asemejaran a “crisis anteriores”.
En momentos en que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se encontraba negociando un préstamo en la sede el Fondo Monetario Internacional, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, convocó a una conferencia de prensa en la Casa Rosada para intentar “llevar tranquilidad” a los argentinos y despejar versiones alarmistas sobre la marcha de la economía y la seguridad de los ahorristas.
El contacto con la prensa acreditada tuvo lugar en el Salón de los Pueblos Originarios y el funcionario se tomó 41 minutos para responder nueve preguntas sorteadas entre los numerosos medios presentes. La decisión de los estrategas comunicacionales de “sacar a la cancha” al ministro coordinador se asemeja a lo ocurrido durante los días álgidos de diciembre pasado cuando se debatía la reforma previsional, que cambiaba el cálculo de aumento del haber jubilatorio, y el funcionario se acercó a la sala de prensa dos veces en una semana.
Con todo, ayer Peña intentó llevar tranquilidad y sólo trastabilló cuando quiso señalar el agujero fiscal que generaría el proyecto de la oposición para frenar el aumento de tarifas: dijo “800 millones”, dudando, para luego admitir que no conocía ese porcentaje con precisión.
Sí el funcionario se mostró seguro en reafirmar el rumbo económico. “Puede haber dudas”, respecto a la desconfianza del mercado “pero no pueden quedar dudas de que queremos avanzar en el gradualismo”. Y para dar tranquilidad a la gente, citó que la titular del FMI, Christine Lagarde apoyó hace un mes el programa oficial y desmintió “falsos rumores” sobre los supuestos condicionamientos del organismo multilateral al estado argentino para conceder lo fondos. “No se habló nada”, apuntó.
En lo que pareció un gesto al mercado, que ha cuestionado al funcionario por el anuncio del 28 de diciembre en el que se flexibilizaron las metas de inflación, insistió en que “el tipo de cambio es flotante y tenemos que acostumbrarnos a ello”.
Asimismo, Peña consideró que “el gobierno actuó con responsabilidad” frente a los desafíos que le planteó la corrida cambiaria que ayer nuevamente depositó el dólar por encima de los $ 23.
Cuando fue consultado por DIARIO POPULAR sobre qué medidas iba a tomar el gobierno para evitar el traslado a precios de la devaluación y teniendo en cuenta que la mayoría de las paritarias están cerrando en un 15%, Peña recordó que “se alcanzó un acuerdo con el sector petrolero para poder postergar un aumento en las naftas por lo menos por 60 días, pero entendiendo también lo que nos toca vivir como comunidad, que hay variables que no manejamos como el precio del petróleo. Por distintas cuestiones ha aumentado muy fuerte, al mismo tiempo que vivimos esta situación del tipo de cambio”.
Acerca de las negociaciones salariales, el funcionario indicó las paritarias son libres “y todos incluyen una cláusula de revisión” que autoriza a una negociación voluntaria entre las partes -a diferencia de la cláusula gatillo del 2017 que obligaba a compensar acuerdos por debajo de la inflación- a lo que luego corrigió que “salvo la situación de un sector (de los gremios) que tenga dificultades y hayan hecho aportes entre todos para cuidar las fuentes de empleo”.
Peña, con todo, intentó aventar “fantasmas” frente a versiones de supuestas incautaciones de depósitos que llevaron a muchos ahorristas a intentar retirar sus dólares de los bancos. “No se asemeja a otras crisis”, puntualizó refiriéndose al corralito y corralón de finales de 2001 y principios de 2002.
Casi al finalizar la rueda de prensa, el jefe de gabinete reseñó lo dicho en la misma jornada por Mauricio Macri durante un acto de entrega de chalecos antibala a la Policía de Mendoza. “Esta vez va en serio”, dijo al referirse al programa económico adoptado por el gobierno para salir sin crisis profunda “del desastre” que dejó el populismo. Pese a ello, reconoció: “No podemos decir que no hay dificultades o que no va a haber en el futuro, algunas las desconocemos”. Y en este sentido aseguró que seguirán “convocando al diálogo” a la oposición responsable.
Tras negar cambios en el gabinete, Peña admitió que “sí hay cosas que seguimos aprendiendo, por supuesto, pero de esta dificultad vamos a salir fortalecidos”, concluyó, optimista.
Mientras tanto, el gobierno cierra filas en lo político: Macri se mostró con el radical Alfredo Cornejo, quien había ventilado cierto malestar por no haberse enterado el pasado lunes del pedido al FMI cuando había sido convocado a Casa Rosada.
Por otra parte, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio almorzó en su despacho con cinco intendentes peronistas de capitales de provincias norteñas: de Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y San Luis. Al mismo tiempo, en el Ejecutivo negocian con los gobernadores para restarle apoyo en la cámara alta al proyecto sobre tarifas que se aprobó en Diputados. La idea es que el presidente no tenga que pagar el costo político de vetar esa normativa.
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