En 2008, la banda marplatense Los Super Ratones editó, tras la partida de su guitarrista Fernando Blanco, (hoy solista e integrante de Nube 9) su noveno CD, que lleva el nombre de la banda. Ninguno de ellos imaginó que once años después esa placa trascendiera no solo por sus valores musicales sino por tener como colaborador en uno de su temas "El Ultimo verano" a un amigo especial, el mismo que a partir de hoy será el presidente de todos los argentinos.
El dato es solo un signo de la permanente relación que Alberto Fernández tuvo y tiene con la música, y en especial, con muchos de los artistas del rock nacional. No fueron pocas las ocasiones en las que se difundieron videos suyos cantando en su guitarra canciones propias o de autores a quienes admira.
Según dice, toca la guitarra todos los días que puede, y lo considera "un cable a tierra". En su departamento tiene varias guitarras acústicas, dos de ellas de pie y a mano en el living, y una de ellas tiene un pasado célebre, ya que es una Gibson que perteneció nada menos que a Pappo.
Desde la génesis del kirchnerismo a la Casa Rosada
Amigo de los Super Ratones desde hace más de 20 años, Alberto fue uno de los varios invitados en el álbum mencionado, y en "El último verano" se hace cargo de la guitarra rítmica. Pero su relación con la música no termina en ese vínculo con la banda de la costa atlántica.
Fernández, que cultiva desde hace años una gran amistad con Litto Nebbia, uno de los próceres del rock en castellano y de los más prolificos cantautores de la música popular argentina, cuenta que justamente aprendió guitarra con el autor de "Madre escúchame" y a partir de allí maduró una amistad cuya base no solo se sustentó en lo artístico sino también en la identificación política con el peronismo.
No por nada, el ex jefe de gabinete de los Kirchner anunció hace poco que "volverán los recitales" al Salón Blanco de la Casa Rosada y afirmó que se meterá "personalmente" en la elección de "los shows", y dice que le encantaría convocar a figuras como Gustavo Santaolalla, Claudio Gabis y Claudia Puyó. Muchos recuerdan que en aquellos tiempos el mismo Alberto compartía la presentación de los músicos invitados, y es imposible olvidar el abrazo que lo unió a uno de sus creadores más admirados cuando actuó en la Rosada: el gran Luis Alberto Spinetta, aunque no olvida que por ese salón pasó la gran Mercedes Sosa.
Los memoriosos dicen que cuando Alberto salía de estudiar en la Facultad de Derecho a veces cargaba su guitarra para tocar sus canciones a cambio de unas cervezas en algún pub de la zona. Y fue autor de varias canciones en aquellos años, que solo llegaron a ser grabadas en forma casera, junto a su amigo el arreglador Oscar Laiguera.
Cómo será la asunción de Alberto Fernández
Hombre de vocación por alentar lo cultural, Alberto Fernández tiene como propósito expandir los derechos de creación e interpretación, y cree que la cultura no debe ser solo una política de Estado sino una construcción social".
Fanático de autores como Bob Dylan (en honor a quien bautizó a su inseparable perro), Joan Baez y The Beatles (de quienes asegura que su tema favorito es "Blackbird", que suele tocar en su guitarra), dice que conoció a la banda de Liverpool cuando tenía 10 años.
Relata que "uno de mis amigos del colegio era el dibujante Daniel Paz, que solía dibujar a los Beatles, y en aquellos años conocí algunas de sus obras magistrales como el Album Blanco o Let It Be", y como señaló recientemente en una charla, adhirió en su adolescencia a muchos de los postulados del hippismo. Recuerda que el primer disco que se compró en su vida fue un simple de Los Gatos cuando Pappo era guitarrista: "Sueña y corre" y "Soy de cualquier lugar", y aunque suene exagerado, asegura haber visto 200 veces la película Woodstock, sobre el célebre festival de 1969. Semanas atrás, se lo vio compartiendo duo de guitarras junto a Gustavo Santaolalla, y cantando "Mañanas Campestres", el clásico de Arco Iris de los años 70, una banda a la que Alberto solía seguir, al igual que Invisible o al mismo Nebbia. También se dio el gusto, hace poco, de recibir a la cantante estadounidense y escritora Patti Smith cuando vino a presentarse en Buenos Aires.
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