Defensora de la concepción de “equipo” que trae desde que el PRO era un partido limitado a la Ciudad de Buenos Aires, la gobernadora María Eugenia Vidal repite ese término una y otra vez, convencida de su importancia. Por eso advierte que “no hay más liderazgos mesiánicos que van a venir a salvarnos”, y se hace responsable no solo de su equipo de trabajo, sino también de sus candidatos, a los que ha acompañado a lo largo de la campaña para las PASO y ahora para estas elecciones generales.
- Esteban Bullrich la consideró como “la Messi de Cambiemos”. Toda una definición para una coalición que se considera precisamente un equipo...
- Me quedo con que somos un equipo, no con que soy Messi. Yo creo que en cada momento de un proyecto uno tiene que jugar el rol que le toca jugar, y haciendo la metáfora futbolística, yo he sido de todo en Cambiemos: he sido aguatera, he sido hinchada, he ido al banco de suplentes, he repartido boletas debajo de las puertas, he sido candidata no conocida... Y de hecho, yo estoy muy agradecida con Esteban, no porque me diga Messi, que no me considero así, sino porque él me acompañó mucho cuando yo empecé a recorrer la provincia. El es de Junín, tiene su casa allá, y muchas veces me acompañó a reunirme con docentes, a visitar escuelas, así que de alguna manera yo hoy lo acompaño a él, que es candidato, y así funciona. Como me acompañó Lilita, como me acompañó Mauricio... Somos equipo de verdad, no es un slogan, así lo sentimos.
- En un acto en La Matanza, Cristina les reprochó al presidente Macri y a usted no haber puesto en marcha hospitales que ella construyó. ¿Cuál es la razón de eso?
- La primera pregunta es: si ella los construyó, ¿por qué no se pusieron en marcha? Me decía Graciela Ocaña que ella se fue dejando un fondo de 3.000 millones de dólares en el PAMI, en parte para la construcción de esos hospitales. Eso fue en el año 2008... ¿Era el 2015 y no estaban terminados? Nosotros nos vamos a comprometer en serio en que obra que empieza, obra que se termina, y es lo que estamos haciendo, y la verdad es que cuando llegamos a la provincia, además de que esos hospitales no estaban terminados, de los 79 que encontramos, 53 tenían serios problemas edilicios, y 4 estaban en riesgo de demolición. Por supuesto que lo que hicimos, antes de terminar lo que estaba pendiente, fue empezar a arreglar lo que estaba funcionando, lo que ponía en riesgo a la gente. Y eso supone empezar por las guardias, porque es el corazón del hospital.
- Hubo críticas por ejemplo de la CICOP, de que los sueldos son bajos.
- Los sueldos de los médicos claro que deberían poder mejorarse, igual que los de los docentes, que los de los policías... Nadie discute que es un reclamo justo, el debate que tenemos siempre con muchos gremios es cuan posible es mejorar esos salarios y cumplir, porque cuando llegamos se había dado una paritaria que no se podía cumplir, porque no había plata para pagar esos salarios ni aguinaldo, y los gremios lo saben. Pero además ese gremio en particular nunca acordó una paritaria, ni con nosotros, ni con el gobierno anterior, de 12 años, entonces claramente es un gremio que no está dispuesto a dialogar.
- Gane o pierda, Cristina Kirchner va a ser senadora nacional. ¿Qué representa para usted que ella esté en el Congreso? ¿Cree que va a buscar fueros ahí?
- Yo creo que ella representa a un sector de la sociedad que la vota. Si llega a ser senadora, será decisión de los bonaerenses el domingo, estamos en democracia y respetar el voto es el primer paso para ser democráticos. Después, si tiene fueros o no, es una decisión de la justicia, para eso tiene que haber un pedido de un juez pidiendo el desafuero, y en todo caso la Cámara definirá qué camino sigue.
- La llevo a un tema sensible como es el caso Maldonado. La semana pasada usted declaró que no tenía que ser tema de campaña; ¿ahora cuál es su opinión respecto de las últimas novedades que se han dado?
- No sé más de lo que sabemos todos. Fui muy prudente en la campaña, hablé en pocas ocasiones porque me parecía que era un tema que no podía estar metido en el contexto electoral. Me limité a decir lo que sentía, que era que esperaba encontrarlo con vida. Hoy más que nunca, por respeto a la familia, veo que hay muchos partidos que suspendieron sus actos, nosotros también. Teníamos un acto en La Plata con el Presidente que decidimos por respeto y por prudencia no hacerlo. No puedo hablar por los demás. Nuestro caso fue sentir que hay un país que está esperando esta respuesta y no corresponde. Esta campaña ha sido suficientemente amplia para que cada uno dijera lo que tenía que decir, propusiera lo que tenía que proponer. No porque tuviéramos ninguna certeza, yo por lo menos no la tengo, conozco lo que se conoce públicamente. Me parece lo mejor esperar a que hable el juez o la familia, antes de nosotros salir a decir algo.
- La ex presidenta ha dicho que no pone las manos en el fuego por nadie, salvo por ella y su familia. ¿Usted pone las manos en el fuego por alguien?
- A mí no me gusta la expresión “poner las manos en el fuego”, para empezar. Pero yo me hago responsable, por supuesto en un gobierno uno se puede equivocar, pero me hago responsable por mi equipo de trabajo. Por el equipo que me acompaña, el que gestiona todos los días; por mis candidatos, me hago responsable. Me parece que cuando uno tiene altos niveles de responsabilidad, si sucede un hecho grave no puede no hacer ninguna autocrítica. Uno está expuesto a que suceda, pero también debe hacerse responsable de lo que sucede.
- Hay un clima especial respecto de las PASO. En el gobierno dan la sensación de que la elección ya está ganada, pero entre los funcionarios bonaerenses son más cautelosos y hablan de un escenario de paridad. ¿Cuánto hay en esto de estrategia o es la postura que tienen ustedes?
- Respeto mucho a los encuestadores, pero la verdad es que la decisión siempre es de la gente, y se da el domingo que viene, no antes. Cada voto cuenta, y es importante, porque cada persona importa. Entonces, para nosotros es muy importante que la gente vaya a votar, que lo haga en paz, con tranquilidad, que no se deje intimidar, que no se deje llevar ni por el miedo, ni por las descalificaciones, que votemos todos en paz, y que decidan: hay una alternativa que es volver al pasado, y nosotros les proponemos a los bonaerenses profundizar el cambio que empezamos en 2015, que tiene que ver con dar peleas que ellos mismos por ahí durante años esperaron que se dieran y no se daban. No solo contra las mafias, la pelea contra un pavimento que no llegó durante 40 o 50 años; la pelea de no querer inundarte más, y que vengan a decirte una y otra vez con el colchón y la chapa que ya van a llegar las obras... La diferencia es que hoy ven a las obras empezadas, saben que va a llegar un día que no se van a inundar más de verdad. O la pelea por una ruta en donde se muere gente, como los vecinos de Chacabuco, que estuvieron años pidiendo por la 7, y hoy la ven en obra... O la ruta 88: yo me he reunido con familiares de Necochea, cuando era candidata, y hoy puedo volver ahí tranquila, porque se que cumplimos... Se llamaba “la ruta de la muerte”. Es eso lo que votamos el domingo: qué hicimos, qué faltó en cada uno de estos 20 meses de trabajo muy comprometido, contra 25 años de gobierno de los mismos.