El técnico destacó la actuación del once y advirtió que la expulsión de Gastón Aranda complicó el trámite del encuentro. Reconoció que el grupo necesita recuperar confianza cuanto antes.
Quilmes no logra salir de la tormenta. En una semana marcada por la sorpresiva salida de Maximiliano Gagliardo, uno de los referentes del plantel, el Cervecero sumó una nueva derrota, esta vez por 1 a 0 frente a Ferro en Caballito. El resultado no solo lo aleja de los primeros puestos de la tabla, sino que además prolonga un clima tenso dentro y fuera del vestuario, con dudas que empiezan a generar nuevos cuestionamientos.
El equipo dirigido por Sergio Rondina salió al campo sabiendo que necesitaba ganar para acallar las críticas que empezaron a crecer tras los últimos traspiés, pero volvió a mostrar falencias que le costaron caro. Para colmo, jugó buena parte del encuentro con un jugador menos, lo que condicionó aún más su rendimiento, por la tarjeta roja de Gastón Aranda. La falta de eficacia ofensiva también volvió a ser una deuda pendiente.
Tras el partido, Rondina brindó sus sensaciones sobre el desarrollo del juego y defendió el esfuerzo de sus dirigidos: "El equipo está bien y lo demostró. Se entregó de principio a fin. Con uno menos y el partido cuesta arriba, siguieron intentando. No fue un equipo que se lo vio sin alma dentro de la cancha", remarcó ante los medios.
Respecto al desarrollo del partido, el entrenador sostuvo que "con la expulsión se hizo cuesta arriba, pero siempre intentó. En el gol hay fortuna del lado de ellos y obviamente la expulsión condicionó". Además, evitó dramatizar sobre el mal momento futbolístico, aunque reconoció que el grupo necesita recuperar confianza cuanto antes.
Quilmes deberá rearmarse rápidamente si quiere revertir esta situación. El clima es espeso, los resultados no llegan y el margen de error empieza a achicarse peligrosamente. Rondina mantiene la calma puertas afuera, pero sabe que los punto traerán tranquilidad en todos los ámbitos.