Según el libro sagrado de judíos y cristianos, la interacción entre los vivos y los muertos estaría prohibida aunque Dios ha hecho excepciones de caracter urgente.
Esa pregunta tiene una respuesta que a continuación dilucidará el libro sagrado de cristianos y judíos. Son algunas verdades bíblicas relacionadas con apariciones, fantasmas y visitas de espíritus de personas que han pasado a un plano de vida superior. Hay sólo unos pocos incidentes que tratan de personas vivas que en realidad tiene comunicación con una persona "muerta."
En tres pasajes de la Escritura Sagrada, en Samuel (Antiguo Testamento), Mateo y Lucas (Nuevo Testamento, Los Evangelios), existen compartimentos en los cuales habitan los espíritus de los muertos, y que aunque hay pocas ocasiones en las cuales Dios permite interacción entre los vivos y los muertos, estas situaciones fueron muy raras y para nada tan comunes como el contacto entre la gente y los seres angélicos. También Lucas indicaría que no les está permitido a los espíritus humanos, regresar a visitar a los vivos sin permiso, y si el permiso no es otorgado aún con el propósito de prevenir a la gente de escapar de la ira venidera, menos sería dado por razones frívolas.
A diferencia de las instancias que tratan de un contacto o comunicación verdadera con la gente muerta, hay numerosas ocasiones que incluyen contactos con seres angélicos, tanto ángeles buenos como ángeles caídos (demonios). Muchas de las situaciones involucran a un ángel descrito como "el ángel del Señor," refiriéndose a veces a la apariencia de la preencarnación del Hijo de Dios (Cristofanías). Pero muchos otros se refieren a ángeles buenos que Dios utiliza para ministrar a favor nuestro. De la misma manera, hay hechos registrados, en los cuales ángeles malvados (demonios) interactúan con la gente. Y también son capaces de manipular las cosas físicas. En Job (Antiguo Testamento), éstos manipulan a la gente para hacer lo malo; causando que cayera fuego del cielo que consumió al ganado y las ovejas; así como también que soplara un fuerte viento que derribó la casa en la que estaban los hijos de Job.
Ahora hay que notar tres cosas acerca de los demonios: 1º) Los demonios no tienen poder sobre ninguna cosa que Dios no permita; esto es, Satanás (y sus huestes de ángeles caídos) son como perros salvajes sujetados con correas y es Dios quien las sujeta. Ellos pueden hacer sólo lo que El les permite. 2º) Los casos que involucran demonios registrados en la Escritura, son más numerosos que los pocos casos de interacción con gente muerta. 3º) Cristo le ha dado a sus discípulos autoridad sobre los demonios.
En resumen, es bíblico creer en demonios y que lo que la gente cree que son apariciones, son o ilusionismo fabricado por charlatanes, o verdaderamente involucran actividad demoníaca, como la visita de espíritus humanos. El usar canales y búsquedas de guías de "médiums" o "espiritistas," o el jugar con las tablas de la Guija, cartas tarot, sesiones espiritistas, o escuchar música satánica de rock pesado, es verdaderamente invitar el involucramiento de demonios en la vida de uno.
Es bíblico no obsesionarse con ellos y con el mundo de los espíritus. En ninguna parte de la Escritura puedes encontrar algún precedente de hacerlo así. Más bien debemos impregnarnos de la Palabra de Dios, con el conocimiento de Cristo, servirle a El como sacrificios vivos, y buscar hacer discípulos en todas las naciones. La única liberación del pecado y del diablo que pueden obtener los perdidos, es a través de la que se encuentra sólo en Cristo. Necesitamos concentrarnos en el Evangelio de Cristo para compartirlo con otros. Ese Evangelio es el poder de Dios para la liberación del pecado y de Satanás.