El problema se origina en un vasto sector, con epicentro en la calle Alvarez, entre Neuquén y Bermejo, según denunció la vecina Eva Colussi. La mujer explicó que han reclamado en diversas oportunidades ante la comuna quilmeña, pero no han encontrado respuestas positivas a sus solicitudes. "Lo que queremos es que los camiones recolectores se dignen a pasar por este barrio", aseveró indignada Colussi.
A raíz de este problema, el ambiente de la zona está contaminado por "un olor a podrido que es irrespirable". "Tenemos que estar con las ventanas cerradas. Cada tanto nos cortan la luz y no nos queda otra que abrirlas para no morirnos de calor, pero después nos queda el olor por horas y horas", agregó la vecina.
Como consecuencia de las fallas en el servicio que presta la empresa Covelia, el barrio sufre una invasión de ratas e insectos alrededor de los microbasurales. Para paliar la situación, los vecinos queman las bolsas en algunos casas, mientras que otros optan por pagarle a los "carreros", quienes llevan de un lado a otro los residuos de las casas.
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