La dificultad para acreditar saldo a la tarjeta de transporte inspiró a
dos emprendedores locales, quienes desarrollaron una nueva tecnologíasegura y 100 por
ciento nacional.
Made in Ezpeleta. Se trata de una novedosa máquina de recarga de SUBE que idearon y concretaron dos jóvenes quilmeños, cuya misión es "agilizar el pago, y en definitiva, el viaje de las 13 millones de personas que utilizan el trasporte público todos los días para trabajar o ir a estudiar".
"La máquina es similar a un cajero automático de un banco, donde podemos apoyar la tarjeta sobre un lector e ingresar el dinero en su interior. En tan sólo dos o tres segundos se acredita el dinero para que lo podamos utilizar en el colectivo o en el tren", expresó, en diálogo con este medio, Alejandro Routhier, gerente comercial del empresa que desarrolló esta tecnología y uno de los ideólogos del dispositivo.
Asimismo, enfatizó que "las ventajas que tiene este invento son numerosas". "No hace falta que nadie te marque el saldo que vas a cargar, es muy sencilla, la puede utilizar personas de todas las edades, los ancianos también lo pueden realizar tranquilamente. La misma podrían estar en cualquier lugar, sobre todo en los edificios donde concurren muchas personas, como hospitales, escuelas, centros comerciales, y es 100 por ciento argentina", remarcó y, luego, agregó que "en cuanto a los costos, podemos señalar que es más barato que otro dispositivo importado".
"También podemos decir que es una máquina muy segura tanto en su infraestructura, como en su operatividad. Posee un doble soldadura reforzada y sistema de alarma. Otra ventaja importante es la clase software que posee. Es muy seguro con respecto a los datos", añadió.
Alejandro Routhier, junto a su socio Lien Tori, inventaron esta máquina para recargar la tarjeta del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) a partir de una investigación que realizaron. "Nosotros averiguamos que alrededor de 13 millones de personas que viajan en el transporte público todos los días, pierden viajando, entre el 25 y 50 por ciento de su tiempo".
"La tarjeta SUBE nos pareció un invento importante, dado que el gran problema era conseguir monedas; sin embargo, nos hemos encontrado con un cuello de botella, ya que escasean lugares donde recargar la tarjeta. Es por eso que decidimos inventar esta máquina, pensada desde hace tres años", dijo el empresario quilmeño.
Cabe destacar que las personas que idearon el proyecto son Alejandro Routhier, administrador de empresas, 30 años; y Lien Tori, estudiante, a punto de recibirse en ingeniería electrónica en el Instituto Tecnológico Buenos Aires. Además contaron con el apoyo de cuatro programadores y desarrolladores.
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