Quilmeño
Con un currículum completo, que incluye rally y carreras de demolición, el vecino sureño analiza la posibilidad de volver a las competencias antes de fin de año. Además, su hijo Bautista podría estar en karting.
El piloto de Berazategui Juan Carlos Zega nos manifestó su intención de volver a competir ya que su pasión fierrera sigue firme e incluso se acrecienta y entre las diferentes opciones podría formar parte del cierre de la temporada 2011 del Campeonato Mar y Sierras de Rally, a fines de noviembre.
En un repaso de su historial recordó: “En el año 1979 ingresé a las competencias de rally junto a dos o tres amigos, como piloto con un desconocimiento total de esas. Ya en 1981 corrí en los cuatro mundiales, en dos como navegante y en los otros como piloto. Era la época del Rally Provincial, que organizaba Martín Salaberry, para las clases 2, 3 y 7. Tuve la oportunidad de ganar varias carreras, tales como Colón, Gualeguaychú y Lincoln, y también la alegría de adjudicarme algún subcampeonato . el auto me lo hacía Marcelo Aliberti, que primero fue mi mecánico, y después ofició como mi navegante, juntos anduvimos seis o siete años. Nos llevamos muy bien , si no era derecha era izquierda, pero doblar doblábamos”.
Le recordamos el autódromo Parque Ciudad de Berazategui, donde se realizaban las carreras de demolición, toda una novedad que contó con una muy buena convocatoria de público y señaló: “Ariel Pana un día me dijo ‘se creó una categoría donde me gustaría estar junto a vos’ y le contesté ‘ya tenemos que armar un par de autos y vamos a ver cómo son esos enfrentamientos’. Con dos Falcon nos prendimos. Esta categoría la hizo Calegari. Nuestros autos eran muy veloces y nos permitieron ganar varias competencias. Mantenerse en pista era todo un tema, ya que los choques predominaban y hasta los que lograban terminar la prueba, quedaban muy averiados. Esta categoría la fiscalizaba el ACA y por razones de seguridad duró poco tiempo”.
Siempre decimos que en nuestra zona la pasión fierrera se hereda y su hijo de sólo cuatro años ya comienza a evidenciarlo, ya sabe poner un auto en marcha, conoce los comandos de luces de posición, giro y limpia parabrisas y hasta tiene un cuatriciclo. “Pienso que en un par de años, ya ingresará a una escuela de karting. Primero tendrá que aprender a ser prudente, no hacer ninguna locura en la calle, y si le gusta la velocidad, para eso están los autódromos. Considero que tanto Ariel como yo seremos buenos consejeros para encaminarlo, siempre lo llevamos a Zárate, cuando vamos a despuntar el vicio de correr en motos o cuatriciclos. Pienso que a Bautista lo vamos a sacar bueno, para que sea un digno defensor del apellido en esta hermosa pasión”.
En un repaso de su historial recordó: “En el año 1979 ingresé a las competencias de rally junto a dos o tres amigos, como piloto con un desconocimiento total de esas. Ya en 1981 corrí en los cuatro mundiales, en dos como navegante y en los otros como piloto. Era la época del Rally Provincial, que organizaba Martín Salaberry, para las clases 2, 3 y 7. Tuve la oportunidad de ganar varias carreras, tales como Colón, Gualeguaychú y Lincoln, y también la alegría de adjudicarme algún subcampeonato . el auto me lo hacía Marcelo Aliberti, que primero fue mi mecánico, y después ofició como mi navegante, juntos anduvimos seis o siete años. Nos llevamos muy bien , si no era derecha era izquierda, pero doblar doblábamos”.
Le recordamos el autódromo Parque Ciudad de Berazategui, donde se realizaban las carreras de demolición, toda una novedad que contó con una muy buena convocatoria de público y señaló: “Ariel Pana un día me dijo ‘se creó una categoría donde me gustaría estar junto a vos’ y le contesté ‘ya tenemos que armar un par de autos y vamos a ver cómo son esos enfrentamientos’. Con dos Falcon nos prendimos. Esta categoría la hizo Calegari. Nuestros autos eran muy veloces y nos permitieron ganar varias competencias. Mantenerse en pista era todo un tema, ya que los choques predominaban y hasta los que lograban terminar la prueba, quedaban muy averiados. Esta categoría la fiscalizaba el ACA y por razones de seguridad duró poco tiempo”.
Siempre decimos que en nuestra zona la pasión fierrera se hereda y su hijo de sólo cuatro años ya comienza a evidenciarlo, ya sabe poner un auto en marcha, conoce los comandos de luces de posición, giro y limpia parabrisas y hasta tiene un cuatriciclo. “Pienso que en un par de años, ya ingresará a una escuela de karting. Primero tendrá que aprender a ser prudente, no hacer ninguna locura en la calle, y si le gusta la velocidad, para eso están los autódromos. Considero que tanto Ariel como yo seremos buenos consejeros para encaminarlo, siempre lo llevamos a Zárate, cuando vamos a despuntar el vicio de correr en motos o cuatriciclos. Pienso que a Bautista lo vamos a sacar bueno, para que sea un digno defensor del apellido en esta hermosa pasión”.
