El 75mo. nieto recuperado por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Horacio Pietragalla ofreció la didáctica y emotiva disertación “Nuestra identidad: nuestro derecho”, en el Complejo Municipal El Patio de Berazategui, en el marco del Programa Café Cultura Nación.
Organizado conjuntamente por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Berazategui y la Dirección de Juventud municipal, se presentó en Berazategui Horacio Pietragalla, el 75mo. nieto recuperado por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, quien contó con una activa participación del público, a quien se planteó la necesidad de reflexionar sobre una de las etapas más oscuras de nuestra historia y sobre la gravedad que representa el robo de identidad.
El encuentro se inició a las 18.30 en una de las aulas del Complejo ubicado en calle 149 entre 15 y 15A. Allí y ante una numerosa cantidad de vecinos -quienes asistieron a la conferencia de manera libre y gratuita- el joven Horacio Pietragalla relató detalles de su particular historia de vida con la intención de reflejar la desgarradora situación de incertidumbre que atravesaron los 101 nietos recuperados hasta la fecha.
La búsqueda de la identidad
Centrándose en el presente y evidenciando el horror de la dictadura a través de la ausencia de sus padres, el 75mo. nieto recuperado compartió así el doloroso pero a la vez esperanzador camino de la búsqueda y el reencuentro con la propia identidad. Su conmovedor testimonio mantuvo en silencio por varios minutos a todo el auditorio, hasta que el mismo Pietragalla decidió abrir el juego y dar lugar a las consultas del público presente.
Corría el año 2003, cuando luego de varias dudas y gracias al incansable trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo, un por entonces “César Sebastián Castillo” descubrió que no era esa persona que durante 27 años -su verdadera edad de entonces, a pesar de que en su antiguo e ilusorio DNI figurara como dos años menor- le habían hecho creer ser.
Fue así que Horacio Pietragalla Corti (tal su verdadero nombre) convivió con la mentira de una familia muy diferente a él, y no sólo en lo que refiere a sus rasgos físicos sino también “en la forma de desenvolverse en la vida”, según asegura. Desde entonces y tras el desmoronamiento de todo lo falso en su vida, comenzó a reconstruir su verdadera identidad.
Fue así que se enteró que sus verdaderos padres eran Horacio Pietragalla y Liliana Corti, asesinados durante la última dictadura militar, y que fue criado por la empleada y vecina de un militar, quien fuera su secuestrador y padrino. Tras esta dura experiencia de vida, Pietragalla decidió involucrarse en la militancia a favor de los derechos humanos.