La crearon científicos israelíes, quienes aseguran que tiene el mismo gusto, olor y forma que la común. A su vez, tendría grandes beneficios para enfermos de Alzheimer y
de cáncer
Un grupo de científicos de Israel desarrollaron un tipo de marihuana que no contiene THC (Tetrahydrocannabinol), el componente psicoactivo de la planta que produce alteraciones mentales, pero asegura tener el mismo gusto, olor, y forma que la que sí lo contiene.
Además, tiene efectos positivos para la salud, dado que según afirmaron los investigadores es un antiinflamatorio y tener grandes beneficios para enfermos de Alzheimer y
de cáncer, al inhibir el crecimiento de los vasos sanguíneos que rodean los
tumores cancerígenos, lo que impide que obtengan lo que necesitan para
crecer y extenderse.
"Hemos desarrollado especies de marihuana sin THC y con una mayor
concentración de CBD, que llega a un 18 por ciento -frente al entre un 2
y un 8 por ciento habitual. Es un avance agrícola que supone un paso
más para que esta planta pueda verse como una medicina completa, y no
como una planta satánica que sólo tiene efectos perjudiciales", declaró
el director del proyecto de investigación, Tzahi Klein, de la empresa de
biotecnología Tikun Olam.
"No sólo tratamos pacientes de cáncer, sino también problemas
neurológicos y estamos avanzando mucho en las aplicaciones en
enfermedades geriátricas: tenemos unos resultados espectaculares en el
tratamiento de los espasmos, porque es muy buen relajante muscular, pero
también en la aplicación en casos de demencia, Parkinson o pérdida del
apetito‘, afirmó Klein.
Tikun Olam ha empezado a comercializarla a pequeña escala en Israel,
donde alrededor de 9.000 personas están autorizadas por los servicios de
salud a obtener marihuana para usos médicos.
Estas variedades se cultivan en invernaderos autorizados y se proporciona en la cantidad que prescriban los médicos a cambio de un pago mensual de unos 70 euros.
Junto a la Universidad Hebrea, la empresa lleva a cabo varias investigaciones para la aplicación del cannabis, que tiene, entre otras, propiedades analgésicas, sedantes y antidepresivas.
Algunos estudios aseguran que el THC puede tener efectos nocivos sobre la memoria, la concentración, la expresión y la capacidad de aprendizaje y han advertido contra su consumo, especialmente por parte de los más jóvenes.
El uso del cannabis, el segundo producto más fumado en el mundo después del tabaco, también puede provocar taquicardia, baja presión, adormecimiento, paranoia y problemas de locomoción.