Es un clásico juego de envite de origen español. Por su complejidad, perdió terreno ante el mus y el póker, pero no su atractivo. Pueden participar hasta cuatro jugadores. En cada mano las apuestas se las lleva quien logre sumar más puntos entre las cartas del mismo palo

El Golfo es un clásico juego de envite, de origen español. Sin embargo, ha sido desplazado de las mesas de juego por otros más sencillos como el mus o el póker. Esto se debe a la complejidad que el juego esconde, a pesar de mostrar una aparente sencillez en sus reglas, ya que los dos descartes que se efectúan en el juego permiten ver numerosas cartas y calcular con bastante aproximación el valor máximo de las manos de los contrarios. Por eso, la principal cualidad que debe poseer un jugador de golfo, es una buena memoria. El objetivo del juego consiste en lograr una jugada que permita ganar las apuestas realizadas por los jugadores en los sucesivos envites.

Las partidas de golfo se suelen desarrollar entre cuatro jugadores. Cada uno juega en forma individual para sí mismo. Sin embargo, en cada mano sólo participan tres jugadores, ya que el dador no se da cartas y queda fuera de la mano.

En caso de que sólo sean tres los jugadores de la partida, el dador también se da cartas y participa en el juego como cualquiera de los otros dos jugadores.

No se puede jugar al golfo con otro número de jugadores, debido a que si sólo son dos, carece de interés, y si son más, con frecuencia no hay bastantes cartas para todos los lances.

Para jugar al golfo se utiliza una baraja de 48 cartas reducida a 28, ya que sólo se usan siete cartas por palo: del tres al nueve. Se retiran las doce figuras de la baraja, los cuatro ases y los cuatro doses.

En el juego del golfo, el valor de las cartas es el señalado por su índice, de modo que la mayor carta es el nueve (9 puntos) y la menor el tres (3 puntos). En el juego del golfo, la mano de un jugador consta de cinco cartas. Para determinar el valor de la mano o conjunto de cartas, el jugador debe sumar los valores de las cartas del mismo palo y tomar el mayor de los resultados obtenidos, teniendo en cuenta que sólo puede sumar cuatro cartas como máximo. Si tiene las cinco cartas del mismo palo, el valor de su mano es la suma de los valores de las cuatro mayores.

El valor máximo de una mano es de 30 puntos cuando se cuenta con las cuatro cartas mayores (nueve, ocho, siete, seis) de un palo. Se llama trabuco al jugador que dispone de una combinación de este valor y es mano, ya que entonces está seguro de ganar, a igualdad de valor de la jugada gana el jugador que está más cerca del mano. Hay que considerar el ante, que es la cantidad mínima, generalmente una ficha, que cada jugador coloca en el centro de la mesa, como una especie de pago por participar en el juego.

Como en todos los juegos de envite, es común que uno de los jugadores se encargue de las funciones de banquero y se ocupe del reparto inicial de fichas, así como de las sucesivas transacciones entre los jugadores. Se llama envite la cantidad que un jugador apuesta durante el curso del juego. Para que un envite sea válido, debe ser igual o superior al envite anterior, es decir, un jugador debe igualar o superar la apuesta anterior. En caso contrario, debe pasar

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