De origen español, la Manilla se juega con barajas españolas de 48 naipes. El objetivo consiste en tratar de conseguir ganar bazas de tantos para alcanzar la suma de puntos establecida. No es un juego sencillo.
La Manilla se juega entre cuatro jugadores que forman dos parejas enfrentadas entre sí. Se extienden las cartas boca abajo sobre la mesa y cada jugador toma una. Los dos jugadores que han descubierto las cartas de mayor valor juegan contra los otros dos jugadores.
El jugador que ha tomado la carta mayor elige sitio y es el primer dador. Por último, el cuarto jugador se sienta frente al mano. Si saliesen dos cartas de igual valor, se determinaría cuál es la mayor por el palo.
Una vez repartidas las cartas y señalado el palo de triunfo, el jugador mano echa una de sus cartas. Luego, los siguientes van echando una de sus cartas hasta completar la baza. El ganador toma la baza, la coloca en un montón frente a uno de los miembros de la pareja e inicia la baza siguiente echando una de sus cartas. Como los dos miembros de la pareja juegan en común, basta que hagan un solo montón de cartas con las bazas ganadas por cada uno de ellos. La carta que juega cada jugador no puede ser cualquiera, ya que es obligatorio tratar de ganar la baza; es decir, no se puede jugar una carta más baja que la del contrario si se tiene una superior. Después de la primera carta, el jugador siguiente debe asistir (jugar cartas del mismo palo) y montar (jugar cartas superiores del palo); si no le es posible asistir, debe fallar (jugar triunfo). Sólo en caso de no poder efectuar ninguna de esas acciones, podrá echar otra carta.
El asistir, montar y fallar son obligatorias para cada jugador cuando el contrario está ganando la baza y tiene las cartas adecuadas para hacerlo. Cuando la baza la está ganando el compañero, sólo hay que asistir, si se tiene carta del palo, pero no es necesario montar ni fallar si no se puede asistir, pudiéndose echar cualquier carta.
Se dice que una pareja da capote a otra cuando consigue ganar las doce bazas del juego parcial. La pareja que da capote a otra consigue todos los tantos del juego parcial.
En cada juego parcial hay 72 tantos en juego: los 60 del valor de las cartas y los 12 de las bazas (un tanto por cada una de ellas). Al término del juego parcial, las parejas hacen el recuento de las bazas ganadas y de los tantos que suman las cartas de valor que contienen. Gana el juego parcial la pareja que supere 36 tantos (la mitad de 72). Esta pareja se anota el número de tantos que supere los 36 mínimos, este número de tantos es el mismo que le falta a la otra pareja para llegar a 36.
Una pareja gana la partida si se anota dos juegos. Los
puntos que exceden de 40 en un juego no se arrastran al siguiente, que se
empieza con un tanteo inicial de 0 tanto para cada pareja. Resulta ganador el
jugador que ha conseguido más puntos en los tres juegos.