Las fábricas recuperadas por trabajadores en Avellaneda están trabajando a menos de un 60 por ciento de su producción y ventas, algunas al 40, mientras que en ese distrito hay oficializadas 20 empresas que volvieron a operar merced a la lucha de sus obreros y empleados; otras 15 son cooperativas de autogestión.
Los principales desafíos que vienen afrontando desde hace algo más un año, son “el achicamiento del mercado interno, las importaciones y el costo de vida en cuanto a insumos y aumentos en los servicios esenciales”, consignó el dirigente Joaquín Escobar, que a nivel oficial es el encargado de estar cerca de dichos emprendimientos.
Asimismo, se supo que este año en Avellaneda sólo cerró una firma dedicada a fabricación de muebles, Diseñar; mientras que Astilleros Navales Unidos -ubicada en Pellegrini al 2000 (ribera de Avellaneda)- que contaba con unos 20 empleados sobrevivientes de su parcial cierre en 2001 y fuera recuperada dos años después, pasó a ser parte de una de las compañías de Dock Sud.
Entre las cooperativas de autogestión en Avellaneda figuran San Carlos Moldeado de caucho, Lavalán -Lavadero de lana en Piñeyro, Cristal Avellaneda -Durax-, Curtidores Unidos -Curtiembre- La Unión Bulonera y Tapicuer, tapicería en cuero.
En uno de las últimas reuniones, del año pasado, se conformó el Encuentro de la Economía del Trabajo Cooperativas de Avellaneda. Y luego, en un plenario, se dejó en claro: “Queremos seguir produciendo y no cerrar por los tarifazos. No queremos perder los puestos de trabajo. No podemos dejar un compañero afuera”.
Por otra vía distinta, organizado por la UTN Avellaneda y las cooperativas Nueva Generación, UST y Oro del Inca, comenzó en la Facultad Regional un ciclo de capacitaciones de Administración y Cooperativismo, y Oficio Textil. Concurrieron el secretario de Cultura y Extensión de la Facultad, Sebastián Blasco, la titular de la cooperativa Nueva Generación, Alicia Gutiérrez, y Mario Barrios, representante de la Unión Solidaria de Trabajadores.
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