Una investigadora de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) viajó a Malvinas con el objetivo de registrar material para el archivo que tiene la casa de altos estudios con respecto a la temática. Se trata de la doctora en Ciencias Sociales Sofía Vasallo, quien trabajó en el archipiélago para recolectar información.
La profesional lo hizo en el marco "Voces de Malvinas. Archivo de las memorias de los combatientes". Recorrió lugares de la zona de guerra y dialogó con ex combatientes en una tarea que sirvió para fortalecer el recuerdo permanente.
Vasallo subrayó que "conocí Puerto Argentino, caminé los cerros, los valles, de hecho sentí el viento, la lluvia y el frío, el sol y la calma. También procedí a experimentar las distancias, atravesar los ríos de piedra, el fango, los pozos, encontrar los restos de material bélico, la ropa, las trincheras de los combatientes argentinos, ver la omnipresencia de los memoriales a los caídos británicos y los nuestros circunscriptos allá lejos en Darwin y percibir la inmensidad del archipiélago, un retazo de Patagonia en medio del mar".
Asimismo, comentó que la enumeración de esas citadas características "ayuda a comprender la complejidad del conflicto bélico de 1982, lo que muchos combatientes argentinos fueron capaces de hacer contra y a pesar de las defecciones de los altos mandos militares y todas las batallas que libraron después".
Luego, reveló que compartió la experiencia a "otros investigadores de la guerra, a los veteranos con los que trabajo y también a aquellos con quienes, a partir de la participación en Voces de Malvinas, vamos construyendo una relación de afecto y de respeto, se entusiasmaron, empezaron a mandarme data precisa sobre sus montes, sus ubicaciones, la de sus compañeros. Se ofrecieron a ayudarnos desde acá, mientras estábamos allá. Por eso fue tan fuerte la experiencia de hacer un viaje, no simplemente a título individual, sino en nombre de muchos".
En tanto, recalcó que "las voces de los combatientes me acompañaron y guiaron mientras recorría los campos de batalla. Pude atravesar los ríos de piedra que ellos tanto mencionan, ver los frutitos rojos con los que engañaban el estómago, experimentar que, como ellos dicen, caminar por la turba es como caminar sobre un colchón y la lluvia que no sólo cae de arriba para abajo, sino que, por el efecto del viento viene de todos lados y hace muy difícil guarecerse.
"Viajar a Malvinas es peregrinar a un espacio sagrado, regado por la sangre de nuestros compatriotas, al que vamos a saber sobre nosotros mismos, sobre los desafíos del pasado, del presente y del futuro", sumó.
La especialista compartió que "volví con nuevas preguntas y el compromiso renovado de seguir trabajando con las voces de Malvinas para comprender, recordar y actuar".
A modo de cierre, destacó: "Es uno de los pocos temas capaces de unir y re-unir a la mayoría de los argentinos. Lo vimos actualizado en el mundial: por los pibes de Malvinas que jamás olvidaré.