Significará un gran progreso para el denominado Tercer Cordón del Conurbano, pero el avance de la construcción de la Extensión de la Autopista del Buen Ayre preocupa a las más de 200 familias del barrio Parque Americano de Presidente Perón, que viven en los terrenos por donde debe pasar la traza que conectará 12 municipios, desde la Panamericana hasta Ruta 2.
Saben que el Estado expropiará sus lotes, pero desconocen cuándo y qué propuesta les harán. Desde hace años esperan el desenlace de esta historia y por ello ese sector -delimitado por Antártida Argentina, Belice, Santo Domingo y Otawa- quedó estancado.
Por este proyecto, lanzado en 1996 por el gobernador Eduardo Duhalde y el ministro de Economía Domingo Cavallo, la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) envió a los propietarios tres notificaciones oficiales de expropiación -la primera en 2010 y la última en febrero de 2018-, pero nunca prosperaron. Mientras tanto, a medida que avanza la obra, actualmente en Ruta 58 y 16, en San Vicente, crece proporcionalmente la incertidumbre entre estos vecinos.
Un caso especial se da entre quienes viven en otras tres manzanas, que no están incluidas en las expropiaciones. Ahí, una vez concluida la obra quedarán aislados, en un triángulo que formarían la autopista, las vías y unas torres de alta tensión.
Autoconvocados llevaron el reclamo al intendente Aníbal Regueiro, quien a pesar de reconocer “la gran importancia de esta obra para el desarrollo y comunicación de nuestro distrito”, respaldó la inquietud vecinal.
El mandatario elevó una carta a la administradora de DNV, Patricia Gutiérrez, planteándole una rápida solución a este problema para que “los vecinos recuperen la calma”. Además, planteó que también sea expropiado el sector que quedaría aislado.
Valeria Ojeda, referente del barrio, dijo a este medio que “vivimos en un mar de incertidumbre, sin poder proyectar el futuro”. A pesar del progreso que se dio en otros sectores de Guernica, allí las calles siguen siendo de tierra, no hay cloacas ni gas.
En tanto, el secretario de Gobierno municipal, Andrés Torres, destacó que “el municipio mantiene el diálogo con vecinos, autoridades nacionales y responsables de la obra, pero hasta el momento no hemos logramos que nos confirmen cómo se avanzará en este tema, para poder llevar tranquilidad a estas familias”.
Al margen de que aún desconocen cuándo y cómo se hará la expropiación, la mayor parte de estos vecinos están muy preocupados, debido a que no pueden acreditar la titularidad de sus propiedades.
A los que tienen escritura, un 30 por ciento, el Estado les pagará el valor de su casa y la indemnización, pero nadie sabe cómo van a resolver los casos de quienes no poseen títulos.
Algunos mencionaron que les han planteado que les ofrecerán dinero para que se muden a “un lugar similar”, sin más especificaciones, hecho que genera gran intranquilidad.