No es difícil pensar en el escenario de la obra cuando se titula "Llavallol", pero considerar que esta distopía se aleja de las construcciones habituales hay que sumergirse en una trama tan compleja como original. Sus autores, ambos nacidos y criados en la ciudad del Sur del conurbano, antes habían incursionado en la poesía, la dirección de un documental, videoclips y obras de teatro.
"Llavallol nace en un verano de aburrimiento y desocupación en que queríamos hacer algo más o menos creativo o por lo menos que nos divirtiera. Y a partir de esos encuentros, empezaron a circular historias y algunas se convirtieron en obras de teatro, casi involuntariamente y esta otra empezó a tomar forma de novela en 1999. Durante diez años se fue trabajando el texto hasta que finalmente quedó terminada", relató Senin.
De todas las formas posibles en la que se puede estructurar una historia, Llavallol se erigió casi accidentalmente como una distopía, una construcción que va en sentido inverso a una utopía. En este sentido, Senin aseguró: "No quisimos escribir una distopía, casi no teníamos noción de lo que estábamos escribiendo, me parece que lo hicimos con mucha inocencia", consideró.
Mirar hacia atrásLos autores concibieron un Llavallol como un lugar en el que sus vecinos optaron por "retroceder al momento en que estaban bien y arrancar otra vez desde ahí", en la década del '30. Así, la obra avanza en un presente muy singular. Reconstruye con este inicio los dramas y conflictos de cada una de las décadas pero en tiempo presente.
En este sentido, Senin expresó: "Mientras escribíamos había una intención de reflexionar sobre un pasado cercano, sobre el paisaje de desolación que fue vivir en los '90, a determinado nivel, que en nosotros estaba reflejado en la falta de laburo y ese aburrimiento del que hablábamos al principio; entonces reflejar ese estado emocional, ese paisaje emotivo que teníamos internamente y que lo veíamos externamente, porque el país estaba más o menos así. Reflejar eso de alguna manera pero también, intentar hacer un ejercicio de la memoria para ver cómo se llegó a eso".
El escritor agrega que "entonces, nos servía esto de reflexionar sobre los '60 y especialmente las historias de los '70 en la Argentina, que atraviesan, de alguna manera, la trama de la novela. Creemos que la conexión es esa, ese "Presente", que en la novela es con mayúscula, de los años 90 que nosotros vivimos y el pasado de los '70, que no lo vivimos, pero que de alguna manera está impregnado en nuestra infancia y que es el Llavallol que describimos".
"El Llavallol del futuro que aparece en la novela es en realidad la ciudad que nosotros conocimos en la infancia", una ciudad pujante y con gran desarrollo cultural.
Una obra complejaLa complejidad de la obra y la imantación que produce con el lector proyectan un vuelo rasante hasta la pantalla, ya que su capacidad para crear imágenes visuales permite activar todos los circuitos de la imaginación hasta armar una gran película.
Sin embargo, sus autores creen que "llevar la novela al cine no es una tarea fácil". Senin consideró que "seguramente se podría hacer, como cualquier texto, pero quien se anime tendrá que tener valentía, voluntad y mucha creatividad".