El título de la obra de Alejandro Casona "Cuando los árboles mueren de pie" resumen muy bien el panorama que se vive en cada vez más barrios de Lomas de Zamora, donde incluso es el propio personal del municipio el encargado de mutilar a los cada vez más escasos ejemplares.
La grave situación viene siendo denunciada desde hace años por la asociación vecinal Fuenteovejuna, una entidad vecinal preocupada por la preservación del patrimonio arquitectónico y ambiental, que no logra que las autoridades municipales reacciones ante el daño ecológico que sufre este distrito del Gran Buenos Aires.
La entidad reconoció haber sido recibidos por la secretaria de Medio Ambiente, Zulma Abolafia, quien “gentilmente” toma nota de los reclamos pero no adopta medidas al respecto, ya sea contratando personal idóneo para efectuar el trabajo o multando a frentistas que talan árboles o directamente los sacan de raíz.
Al margen de ello, aún esperan respuesta a un pedido de informes presentado hace más de un año, cuando Abolafia era la número dos de la cartera. Fuenteovejuna estima que en este último años fueron más de 300 los ejemplares que fueron talados.
Por ello, en la entidad no comprenden cuál es la política del gobierno de Martín Insaurralde, más teniendo en cuenta que este es un distrito que debido a la creciente expansión urbana ha visto mermar notablemente sus espacios verdes.
El problema se agravó, como era de esperarse, con el inicio del otoño. Lejos de una poda correctiva, los árboles sufren verdaderas mutilaciones o directamente tala.
La ONG se había esperanzado con un cambio tras la reunión mantenida con la nueva funcionaria pero todo sigue igual.
Como lo hacen periódicamente, en su portal de Facebook, publican las fotos que les envían indignados vecinos, sobre los últimos casos: En Beruti 447 y Beruti 475, zona que tomó la denominación de “Barrio Parque” por sus magníficos árboles, que hoy aparecen destrozados.
Quienes viven en inmediaciones de Pringles y Suárez denunciaron a Defensa Civil y al 911 porque en la Municipalidad no los atendían, pero allí les explicaron que “no podían hacer nada”.
Los frentistas de la calle Ramón Falcón, en Banfield, quedaron azorados por “el desastre que hicieron los podadores de la Secretaría de Medio Ambiente del Municipio, sin control profesional”.