Una jugadora de tenis demandó a la federación del tenis femenino y a la Federación Internacional por 8 millones de euros (unos 10 millones de dólares). Madison Brengle tomó la decisión porque los pinchazos de los controles antidoping pueden terminar arruinando su carrera.
En noviembre de 2016, Brengle fue diagnosticada de una afección médica (Síndrome de dolor regional complejo de Tipo I) que fue derivada de las agujas empleada en las extracciones de sangre. En su demanda indicó que los pinchazos, le producen “dolor extremo, hinchazón, entumecimiento y hematomas”.
"Llevo a cabo esta acción para obligar a aquellos que controlan el deporte que yo amo a entender que los tenistas no somos productos y deberíamos ser tratados con respeto y dignidad”, sostuvo Brengle, según destaca el diario El País.
Por otro lado, Peter Ginsberg, abogado de la tenista que Brengle, alegó que nunca eludió un control antidopaje ni jamás dio positivo en diez años de carrera.
La acusación concreta menciona dos episodios de hace dos años: Wimbledon y el US Open. No obstante, ni la WTA ni la Federación Internacional han replicado públicamente a Brengle. Ambos manifiestan siempre que la obligatoriedad de los análisis "no tendrán efectos físicos en el rendimiento de los jugadores, que podrán ejercitarse inmediatamente después”.