Un destino turístico cálido, de estilo colonial, con historia y de gran
atracción para grandes y chicos, ubicado en una provincia norteña con
infinidad de servicios como Salta: es Rosario de la Frontera, ciudad
enmarcada en un aire típico regionalista.
Todo aquel que desee sumergirse en la mística de esta ciudad debe saber que para llegar se deben circular por las Rutas Nacionales 9 y 34, ya que el destino está situado a 1.425 kilómetros de Buenos Aires y a 180 de Salta capital.
Se trata de un valle subtropical en la Sierras subandinas y es una zona de grandes fracturas asociadas a manifestaciones hidrotermales, lo que la hace única en la zona noroeste de la Argentina.
Su clima tropical serrano manifiesta una temperatura de 21 grados durante todo el año y es una de las pocas ciudades que, sea la estación que sea, mantiene una temperatura moderada y mayormente constante.
Está rodeada de ríos y arroyos y una frondosa vegetación que resguarda rica fauna y una gran belleza.
Uno de los puntos referenciales de Rosario de la Frontera es la Plaza Independencia, que fue ideada en 1883 en el origen del pueblo, Villa del Rosario. Tiene un pórtico de entrada con cuatro estatuas de mármol que representan las estaciones del año y una fuente central con un disco de arado que representa la agricultura, de la que emergen chorros que simbolizan a las aguas termales.
En cuanto a su inclinación económica, éste es uno de los departamentos más ricos y productivos de la provincia. Productor internacional de poroto y soja, cereales, hortalizas, aromáticas y tabaco; así como de ganado vacuno y caprino, Rosario de la Frontera sigue en línea de desarrollo incorporando a cada paso un mayor número de atractivos.
Los lugares que se recomiendan visitar son el Museo Provincial de Bellas Artes Benito Quinquela Martin, creado en 1968 y situado dentro de la Plaza Independencia, y que exhibe las pinturas más reconocidas de los artistas más populares; el Museo Histórico Arqueológico Juan Carlos Rivas, con piezas únicas de la Cultura Diaguita y Candelaria.
Las ciudades recomendadas que la componen son El Naranjo, Las Mojarras, Horcones, San Felipe, Ovando, Santo Domingo, Arenal, Ojo de Agua y Los Baños. Otro lugar característico de Rosario de la Frontera es el Complejo Termal, famoso mundialmente por la variedad de sus aguas, su spa, sus piscinas con cuatro variedades de aguas, cancha de bichas, tenis y golf. También está el paraje Villa El Naranjo, a 18 kilómetros del centro de Rosario de la Frontera, pintoresco paisaje de vegetación y montado en 1660, con la dirección de los Jesuitas. En 1870 se construyó la Torre del Campanario, que sigue establecida desde entonces. También se puede visitar el Museo Folklórico Regional, donde se exhiben piezas relacionadas con la vida del gaucho, ponchos, lazos, monturas, cuchillos y fajas, entre otras, como así también objetos referidos al General Güemes y sus gauchos.
Algunos de los deportes que pueden practicarse en la zona son: pato, polo, equitación, trekking, endurance de caballos y pedestrismo, caminatas, excursiones en bicicleta, avistaje de flora y fauna; visita a finca Las Cañas, excursiones de pesca a la cascada, a Parque Nacional El Rey; excursiones históricas a Casa de Lola Mora, Posta de Yatasto, visita a la Iglesia Jesuita El Naranjo, capilla Las Mojarras, vertientes de Aguas Chicas, y Mirador de la Cruz. Rosario de la Frontera, además de ser un demandado destino turístico por quienes visitan la provincia y por sus propios habitantes, es uno de los departamentos más ricos y productivos de Salta. No sólo se destaca por ofrecer numerosas actividades recreativas como cabalgatas, caminatas, excursiones en bicicleta y avistaje de ora y fauna, sino que además es reconocido por su producción internacional de poroto, soja, cereales, hortalizas y tabaco, y cría de ganado vacuno y caprino. Los platos típicos son: el locro, tamal, humitas, quesillos, huaschalocro, empanadas y frangollo, entre otros. Los dulces regionales son otra especialidad, como el dulce de cuaresmillo, cayote, higo, miel de caña, cuajada y leche planchada. La producción vitivinícola es de gran calidad, destacándose el vino torrontés de la región calchaquí.