Barba frondosa, camisas de leñador, fornidos, esa es la nueva tendencia que está dejando atrás a los metrosexuales: los lumbersexuales. El término proviene de la palabra en inglés "lumberjack", que quiere decir leñador y los hombres que adoptan ese estilo surgen en oposición al arreglo y el cuidado propio que impusieron los metrosexuales.
Hay muchas barbas, camisas a cuadros y una especie de desarreglo que hace que estos muchachos parezcan surgidos del monte y que lo único que ha perdido es su hacha.
Los lumbersexuales se caracterizan por ser amantes del asado y de estar siempre dispuestos a hacer tareas físicas, de carpintería o salvar a una doncella en apuros.
¿Cómo reconocerlos?
Se trata de una nueva tendencia que viene a arrebatarle el podio a los metrosexuales. Ellos son desaliñados, usan la barba poblada, camisas a cuadros y, al parecer, aman la naturaleza.
Mucho se habló en los últimos tiempos de los metrosexuales, un clase que es fácilmente reconocible, incluso por aquellas que no consultan las revistas femeninas. Se trata de una tendencia generalmente urbana caracterizada por hombres que emplean cremas, cosméticos, cuidan su aspecto físico y la ropa que usan y explotan siempre su exterior, prestando menos atención al interior.
Pero ahora han llegado los "lumbersexuales". No hay una traducción exacta, pero podría ser algo así como "leñasexual". Lumber, significa madera en inglés y lumberjack o lumberman, leñador. El hombre hace alusión a los leñadores que resume de forma bastante precisa cómo son los lumbersexuales.
Se trata de hombres que usan camisas a cuadros, vaqueros gastados, botas todoterreno y una barba muy poblada y desprolija. Por sobre todo, se caracterizan por alardear de su aspecto desaliñado y masculino. Y, por supuesto, también tienen un atractivo especial para el sexo opuesto.
"El término surge de las revistas femeninas. Responde a un hombre barbudo, con camisa a cuadros y que exuda feromonas. Es básico, asilvestrado, muy vinculado a la figura del nuevo hippie, a la naturaleza y que en teoría, no cuida su imagen", explica el psicólogo y divulgador Luis Muiño.
¿Podría interpretarse como un retorno a la figura del hombre duro "primitivo" y alejado de los cuidados diarios que siempre se le han atribuido a las mujeres? "No es un retorno al hombre, no es una persona que responda a la virilidad". A juicio de Muiño, este fenómeno "responde al movimiento pendular de las modas: cuando existe un consenso en las modas, por ejemplo, desde el metrosexual, cuidado, pulcro y afeitado surge alguien que se atreve a romper la moda y si, además tiene respuesta mediática, puede conseguir que la gente quiera seguirlo porque es algo diferencial".
Como cualquier moda "se trata de destacar, pero siguiendo a la élite. Las modas consisten en eso, en convertirse en élite. En el mundo moderno necesitamos tres o cuatro personas que adquieran un look y que pueden ser rebeldes porque están de moda, son guapos y la gente los sigue", concluye.