Jauría muerde en varios estilos
Desde el título mismo, el Libre o Muerto que remite a una consigna combativa, a esas canciones cargadas de compromiso social, pasando por aquellas otras en defensa de los animales o contra la minería a cielo abierto, la eutanasia y las fumigaciones con agro tóxicos hasta los sentidos homenajes a Sandro y a Luis Alberto Spinetta, todo esto y más convive en el segundo disco de Jauría.
Una extensa obra de 21 canciones (18 propias, dos covers y una aportada por Federico Pertusi, hermano de Ciro y voz de los De Romanticistas Shaolim) que va más allá del punk rock y que explora estilos como el hardcore, la música country y la zamba, que se permite tomar elementos de The Who, Foo Fighters, Pink Floyd y AC/DC y hacer que todo suene a Jauría.
Ya con su homónimo álbum debut de 2010, Ciro Pertusi dejó en claro que su nueva propuesta iba más allá de lo que habíamos conocido en su paso por Attaque 77. Si bien en Libre o Muerto hay temas que contienen un "link" con su anterior banda (como "Boomerang", "No Pertenecemos", "El Puente más allá de lo vivido" y "Para Caídas"), es en las canciones que van más allá del punk rock de base y exploran otros sonidos y atmósferas, donde Jauría se muestra como una propuesta renovadora con una identidad propia.
Identidad que no se perdió con el cambio de guitarrista (se fue Esteban Pichu Serniotti y entró Sebastián Ambessi) y que se vio enriquecida con los casi 30 artistas invitados, algunos como Hernán "Tery" Langer, guitarrista de Carajo, casi como un quinto Jauría, metiendo su viola en buena parte del álbum y otros como Hernán Valente, sumando su voz a "Y Además" un punk rock escrito a la medida del cantante de Cadena Perpetua -o Kutxi Romero, de Marea, invitado en "Lanzallamas", un rock que no desentonaría en el repertorio del grupo español.
El disco abre bien arriba con "Niños de Cristal", una ácida mirada al hecho de que cualquiera se siente con derecho a criticar. Es un rock crudo y poderoso de los que hay varios en el disco, como "Alta Definición" (con ingredientes de AC/DC), "Perro Salvaje" (un guiño cariñoso a Ricardo Iorio) y "Roberto", este rozando el grunge y con una oscura historia de frustración inspirada en "Los Siete Locos", de Roberto Arlt.
La búsqueda por explorar nuevos sonidos y texturas resalta en canciones como "Lobo", con unos finos arreglos de cuerdas y atmósferas nocturnas; "Fábricas", que recuerda al Pink Floyd de los tiempos de The Wall y "Canción de Cuna", lejos la más experimental del álbum. Y la veta más cancionera (¿tal vez el hit escondido?) se percibe en esa joyita llamada "Amigo Mío", una oda a la amistad en medio de la adversidad.
De las 18 canciones propias, solo una está firmada en soledad por Ciro; las otras llevan la rúbrica de los cuatro Jauría.
Ese tema es "Mestizamba", donde Pertusi se luce como cantante folklórico acompañado de un seleccionado de notables como el Tano Marciello y el ex Intoxicados Felipe Barrozo , en guitarras acústicas y Diego Arnedo, en bombo legüero.
Los dos homenajes son de los mejores momentos del álbum: En "El Angel de la zona Sur" una canción country estilo Jhonny Cash- Ciro tributa a Sandro ("Por más que digan que ha llegado su final, su corazón gitano late una vez más") junto a la armónica de Andrés Ciro Martínez, el violín de Edu Schmidt y la guitarra de Maikel, de Kapanga.
Y en Luis Espía, se acercan a la pata más cancionera de Foo Fighters con una letra que evoca composiciones de Spinetta ("Sobre sus elefantes van, muchachas de ojos de papel viajarán").
Yendo a los dos covers, "El Poder nuestro es" no es otro que el lei motiv de la serie Dragon Ball Z vestido acá con ropaje punk rock y "Colores en el viento" (pegado a "Siempre en vanidad", aportada por Federico Pertusi) un tema extraído de la película Pocahontas.
Libre o Muerto constituye una obra que bien podría haber sido un disco doble. En tiempos donde agoniza la venta de discos, Jauría apuesta fuerte y lanza un trabajo ambicioso. De lo mejor del año.
Página 1
Cuadro 1
Agente: OK. ¿De cuántos súper villanos estamos hablando Speedball?
Cuadro 2
Tres. No, espera. Creo que acabo de ver a Coldheart vaciando el basurero en el patio. Eso los convierte en cuatro. Y todos están en la lista de los más buscados del FBI ¿verdad?
Cuadro 3