Después de varios pasos en falso en el último tiempo, la Academia apuesta al entrenador que se despidió hace doce meses. La ambición es recíproca, porque el DT renunció a Millonarios y pegó la vuelta sin dudar.

Sólo doce meses pasaron desde que Diego Cocca, el técnico que puso de pie a Racing, con el título del 2014 y el protagonismo en todas las competencias durante el año siguiente, dijo adiós, hasta luego o hasta siempre. en busca de nuevos desafíos en el exterior, porque apenas la Academia necesitó de él, para salir de la salir de un momento de crisis al que llegó por un semestre invadido por las frustraciones y los desaciertos dirigenciales, en la órbita de la contratación de técnicos y especulando económicamente en los mercados de pases con más ventas que adquisiciones, rompió el vínculo que tenía con Millonarios de Colombia y dijo acá estoy, para iniciar desde el 5 de enero, el proceso de reconstrucción en la entidad de Avellaneda.

Se suele decir que toda etapa oscura suele tener un hecho clave, como detonante. En lo que sucedió en 2016, no quedan dudas de que la despedida de Diego Milito dejó a Racing huérfano de jerarquía, adentro y afuera de la cancha. Su último partido fue en el final del torneo corto del primer semestre, y con esa victoria ante Temperley, la Academia logró clasificarse para la Copa Sudamericana 2017, lo que podría representan el único objetivo cumplido en el año.

Mal por donde se lo mire

Después, mal en los torneos locales (ahora entró al receso décimo, a diez puntos de Boca), mal en la Copa Argentina (fue eliminado por Gimnasia) y sin el recorrido esperado en la Copa Libertadores, porque los momentos de confusión de Facundo Sava en la fase de grupos, lo condenaron a tener que jugar en los octavos de final con el Atlético Mineiro de Pratto, que le puso un freno a sus aspiraciones.

A partir del adiós de Diego Milito, Racing empezó a patinar, hasta llegar a un fin de año con la mochila repleta de desilusiones, a tal punto que el Ruso Zielinski ni siquiera necesitó de presiones o sugerencias para mirar hacia la puerta. El solo, con mayor autocrítica a la exhibida por el resto de los protagonistas, y tan o más responsables que él, decidió dar un paso al costado.

Era una sola ficha

Sin el Ruso, fueron por el Chacho Coudet, que sorprendió con el deseo de tomarse un descanso, tras la final perdida con Central. Y entonces, no hubo ni plan A ni B ni Z. Era una sola ficha. Y se la pusieron a Cocca, que rápidamente mostró una ambición recíproca de volver a soñar con un Racing protagonista, que apenas pudo darle una alegría a su gente en seis meses, con la contundente victoria en el clásico de Avellaneda. Y nada más. El viernes, será presentado en sociedad y firmará su contrato, por 18 meses. El mismo tiempo que estuvo en su primer relación con el club.

El 5 de enero pondrá manos a la obra en Avellaneda y unos días después, trasladará la parte central de la pretemporada a la ciudad de Mar del Plata, con la idea de sumar dos refuerzos de jerarquía: un marcador central (se habló de Alejandro Donatti) y un volante ofensivo (lo de Maxi Moralez parece haber quedado lejos), aunque la mejor noticia la recibió de parte de Blanco y compañía, en relación a que Acuña y Bou, no serán transferidos, para que pueda formar parte de la nueva base titular que desea edificar en la Academia.


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