Hoy apareció un tatuaje de Bon Jovi, con una canción clásica: "It's my life". Parece que el tatuador jamás había visto una palabra en inglés y le escribió lo que quiso.
"Tomorrow never knows" es una bella canción de los Beatles. "Tomarrow never knows", no sé.
Para mí que, para tatuarte a Britney Spears rapada, tenes que odiarla. Otra teoría es que el pibe perdió una apuesta y lo obligaron a hacerse ese espanto.
Si quieres cambio verdadero, no seas tan burro y ponele la "e" a quieres, por favor.
Esa cosa que está con un micrófono en la mano y parece una hamburguesa con ojos se supone que es Freddie Mercury. Incomprobable.
Jimmy Hendrix le manda un abrazo grande al amigo tatuador. Se lo confundió con Bob Marley. Un fenómeno. Lo peor es que Jimmy está muy bien hecho.
Si no hay amor, que no allá nada. No sé a dónde se referirá. Lo imagino al Indio Solari, un lector empedernido, orgulloso de su fanática.
Sí, amigo: vos y tu tatuador también merecen una condena.
Caso conocido: el tipo va y se imprime en su espalda, para toda la vida, la firma de Pablo Lescano. La sube a su Twitter. Menciona al cantante de Damas Gratis. "Esa no es mi firma!! Te cagaron amigo!!", le responde. "No me digas!!", remata el estafado. El final es feliz, pero aburrido: Pablito se puso las pilas, le regaló un tatuaje para taparle el autógrafo fallido y él propio le firmó la espalda. Un remate digno de Disney.
Quería hacerse a Marilyn Monroe. O a Madonna. O un bicho. No sabemos. Salió esta cosa horripilante.