Alejandro Cohn era diabético. Por una descompensación fue al hospital Melchor Posse, de San Isidro, donde llegó caminando y salió casi sin vida y con la médula destrozada, lesiones que lo llevaron a la muerte.

E ntre reconocimientos públicos y premiaciones por sus trabajos, el rodaje de su próxima película y los proyectos artísticos que abraza desde una particular mirada de la realidad, el cineasta Mariano Cohn no se despega ni un minuto de su “objetivo de vida” que lo asaltó repentinamente hace poco más de tres años, tras la muerte de su hermano Alejandro. El joven, de 35 años, que padecía diabetes se descompensó cuando se encontraba caminando por San Isidro y tras recibir asistencia en la calle, ingresó caminando al hospital, donde fue “abandonado”, sin que lo atiendan debidamente y esa situación de presunta mala praxis, derivó en un cuadro irreversible, con el posterior fallecimiento, que su familia no duda en calificar de un homicidio, seguido de una trama de encubrimiento, que hasta llegó a la pretensión de fraguar la documentación para simular que había sido víctima de un siniestro vial.

Desde entonces, Mariano Cohn se juramentó que no cesará hasta que “cada uno de los responsables tenga su condena” y en esta cruzada, en la que ha sumado el respaldo de mucha gente, el que se multiplica en cada oportunidad que logra visibilizar el caso, sostiene que “lo mató el Hospital, lo mató la Municipalidad y espero que no lo mate la Justicia”, al referirse al ilógico final de su único hermano, del que se acaban de cumplir el tercer aniversario de su ausencia física. Si bien las permanentes referencias de lo sucedido en los medios de comunicación del director de El Ciudadano Ilustre, El Hombre de al Lado y El Artista, entre otros films, ha logrado que se conozcan los pormenores de esta “absurda muerte”, una reciente carta publicada en la red social Facebook (ver texto completo en www.diariopopular.com.ar) conmovió a la opinión pública por contar los detalles de como un problema de salud que pudo resolverse con la correspondiente atención médica puede transformarse en un desenlace provocado y fatal, con el agravante del ulterior procedimiento de adulteración de pruebas en la historia clínica, que alcanza en ascendencia a la escala jerárquica de los profesionales del Hospital Central Melchor Posse de San Isidro, como así también a los funcionarios de la comuna.

“Ale entró al hospital, ese 27 de julio de 2015, porque tuvo una baja de azúcar en la calle. Contestó todas las preguntas que le hicieron, avisó que era diabético, tal como lo certifican una chica y su mamá quienes le dieron los primeros auxilios. En la Guardia no se lo atendió, no le hicieron exámenes, ni siquiera lo hidrataron, lo pusieron en una camilla y a las dos horas, hizo un paro respiratorio, que sólo fue advertido por una enfermera, pero cuando lo llevaron de urgencia al shock room era demasiado tarde, ya había sufrido la hipoxia. Y aunque parezca increíble, después vino lo peor, si es que puede haber algo peor que la muerte, ya que fue sometido a una serie de prácticas que terminaron con la médula destrozada, fracturas en la clavícula y vértebras cervicales, golpes en la cabeza. Durante dos días nos mintieron hasta que lo trasladamos al Hospital Italiano, en Almagro, donde nos dijeron que el cuadro era irreversible”, cuenta Mariano Cohn durante la entrevista con DIARIO POPULAR.

Los resultados de la autopsia fueron contundentes, también los de una junta médica solicitada en el marco de la investigación, de la que participaron peritos oficiales y de parte, dando cuenta de las lesiones sufridas cuando el diagnóstico de muerte cerebral era una realidad. Entonces, el proceso contra los médicos por la mala praxis se transformó en un expediente caratulado como “homicidio culposo” y a la causa que tramita en los Tribunales de San Isidro, podrían sumarse otras anexas por “encubrimiento, falso testimonio e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. “Sé que podrá pasar mucho tiempo, pero todo en el ámbito de lo penal, para que haya una condena, aunque podría resultar excarcelable, o inhabilitación para ejercer cargos de todos los responsables, a los que tengo identificados con nombre y apellido, del primero hasta el último. Saben que renuncié a todo reclamo o demanda civil, porque no quiero recibir dinero del Estado, sólo persigo verdad y justicia”, afirma el hermano mayor de la víctima.

Con el asesoramiento del abogado Juan Carlos García Dietze, Mariano Cohn está “permanentemente detrás de la causa”, cuya investigación está a cargo de la fiscal Carolina Asprella, con intervención del juez de Garantías Esteban Rossignoli. No obstante, ya transcurridos tres años todavía no se ha concretado el llamado a prestar declaración como imputados de los médicos de los médicos, pese que la autopsia, las pericias y los testimonios se encuentran acumulados y sostienen la acusación. “Es inaceptable que se pretenda naturalizar este tipo de situaciones, por eso estoy dispuesto a seguir luchando. Porque el ocultamiento de pruebas, como el haber hecho desaparecer hojas del libro de guardia, y la actuación de los funcionarios del área de Salud Pública, como la del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, merecen ser investigados. Si hasta un pedido de informes del Concejo Deliberante nunca fue contestado por los directivos del hospital, como una clara muestra del irresponsable accionar”, concluye.

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