Con la admisión del problema como el primer paso, la reconocida organización Alcohólicos Anónimos tiene un espacio en la Comuna 4 para intentar saltear la problemática.

Dentro de la parroquia San Juan Evangelista, ubicada en Olavarría 486, funciona el Grupo La Boca, un espacio que la organización Alcohólicos Anónimos posee en este barrio de la Comuna 4 para darles una contención a todos aquellos que se encuentra hundidos en la adicción. Los que asisten allí podrán buscar una salida ante el sinuoso laberinto que, en muchos casos, lleva a la perdición de trabajos, alejamiento de la familia y hasta la muerte.

Varias charlas por semana

En charlas totalmente gratuitas, que son llevadas a cabo por un ex adicto y están programadas para los martes y jueves de 19 a 20.30 o 21 y los domingos de 10 a 12, se comparten historias y formas para intentar saltar el obstáculo.

‘Hace cinco años que estamos en la parroquia y en cada una de las reuniones van entre ocho y diez personas‘, detalló a este diario el coordinador Alberto L., que solicitó resguardar su apellido debido a que uno de los códigos más inquebrantables (o ‘tradiciones‘, dentro de AA.AA.) es conservar la identidad de quien desea ingresar o solicitar ayuda y así evitar rechazos y temores.

Mediante un programa que consta de 12 pasos, se promueve desde el inicio una posible cura al alcoholismo que afecta a la persona y en su primera etapa está lo primordial para una apertura: la admisión del problema.

‘Nosotros tenemos un programa espiritual, pero que no es religioso. Podemos nombrar a Dios, pero no estamos sujetos a ninguna religión. Acá vienen todos‘, resaltó Alberto, quien luego de 20 años inmersos en el duro trance pudo salir adelante y ahora cumple con lo que asegura es el rol fundamental de un ex alcohólico en toda la sociedad.

‘Ayudar a los demás, porque a la gente ya se la ha molestado mucho con lo que hemos pasado‘. ‘El objetivo de Alcohólicos Anónimos es llevar el mensaje al que sufre e intentar que deje de tomar, porque, en mi caso, perdí muchísimo‘, aseveró.

Es que la comunidad internacional y sin fines de lucro que se inició en Estados Unidos en 1935 intenta abrir caminos y recuperar a las personas que son víctimas de una de los problemas más nocivos a nivel mundial.

Según un estudio y estadística difundido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2014, Argentina se encuentra en el onceavo lugar entre los países de Latinoamérica cuyos habitantes tienen más complicaciones de alcoholismo.

Es por este tipo de números y por las experiencias vividas por cada uno de los que guían que en el Grupo Boca se abren tanto a hombres como a mujeres que, en parte, se extienden una tan necesaria mano para mantenerse en sobriedad.

Hay rondas de diálogos en un grupo de ayuda mutua. Además de un primer paso que se basa en afirmar la adicción, se encuentra uno de los más complicados e intensos, pero no menos importante: evitar tomar por al menos 24 horas.

Desde sus vivencias, Alberto consideró que ‘no es fácil, pero se puede‘. Él lo logró y está orgulloso por eso. ‘Cuando me dijeron eso no lo podía creer, me quería matar porque para mí era una barbaridad. No concebía una vida sin el alcohol‘, contó.

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