Un artículo recién aparecido en la prestigiosa revista académica Science Advances (publicada por la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia) ha conseguido sorprender tanto como generar gran debate entre astrónomos, astrofísicos e investigadores de vida extraterrestre.
Ocurre que Xiaoguang, geofísico de la Academia de Ciencias de China, señaló en el referido artículo: "De acuerdo con los datos meteorológicos medidos por el ingenio espacial chino Zhurong (que se encuentra recorriendo la superficie marciana desde el 2021) así como otros vehículos que arribaron a Marte, inferimos que estas características de la superficie de las dunas se encuentran relacionadas con la participación del agua salina en estado líquido, formada por el posterior derretimiento de escarchas y nieve que cae sobre las superficies de las dunas del Planeta Rojo, que contienen sal cuando se produce el enfriamiento".
Estos datos son muy relevantes pues confirman algo que los científicos suponían desde que las primeras espacionaves llegaron a Marte y es que allí –millones de años atrás– existieron mares, océanos y ríos donde fluían cantidades de agua suficientes como para que surgieran formas de vida avanzadas tal como las que tenemos en la Tierra.
Para confirmar tal posibilidad es fundamental el hallazgo actual de agua, aunque habría de ser en cantidades escasas. O bien formaciones geológicas que sólo podrían haberse producido por acción del agua.
Los astrofísicos señalan que en el presente es difícil que exista agua líquida en ese cuerpo celeste dado que su atmósfera tiene sólo el uno por ciento de la densidad de la Tierra. Lo que, de todos modos, no descarta el hecho de que pueda encontrarse en forma congelada o en lagos subterráneos o glaciares que las sondas de exploración aún no hayan hallado.
Lo interesante aquí es destacar que este tipo de descubrimientos afirman la idea generalizada en Astronomía de que – hace muchos millones de años– el Planeta Rojo fue un verdadero vergel donde se desarrollaba todo tipo de formas de vida. A medida que la atmósfera fue diluyéndose las condiciones climáticas variaron tanto que prácticamente todas las especies vivientes fueron extinguiéndose en forma más o menos inmediata.
Si bien hasta el momento los equipos de exploración de la superficie marciana enviados por Estados Unidos, Rusia y China no han encontrado restos fósiles –o, si lo han hecho, no ha sido comunicado al público– esto puede explicarse por la razón de que las tormentas de polvo son muy habituales y de gran intensidad, por lo cual lo que pudiera quedar de lo que fueron aquellas formas de vida, estaría cubierto por densas y gruesas capas de arenas rojas. Lo más probable es que cuando Marte reciba la visita de humanos y las investigaciones alcancen mayor amplitud comiencen a encontrarse tales evidencias de vida pasada.
Como sea, todo esto conduce a una deducción inquietante. Si este planeta, en un tiempo remoto, albergó vida desarrollada, entonces también pudo haber surgido una especie tal como los humanos. Una especie con libre albedrío, pensamiento racional reflexivo y capacidad creativa. Sí. Nos estamos refiriendo a los tan mentados “marcianos” de tantas novelas y largometrajes de ciencia ficción.
Si estos marcianos existieron, si desarrollaron una ciencia y tecnología avanzada, por lo tanto pudieron prever los cambios que se estaban dando en aquel cuerpo y entonces resulta razonable que hayan pensado en emigrar. ¿A dónde? A otro sitio del mismo Marte carecía de sentido. El problema sería el mismo. No les quedaba otra posibilidad que pensar en la colonización –esto es, emigrar sin posibilidad de retorno al lugar original– de otro planeta en este Sistema Solar. Un cuerpo que fuera lo más semejante al que ellos, en ese momento, se veían obligados a abandonar.
Y ese cuerpo existe. Es el que nosotros llamamos la Tierra. Precisamente el que la especie humana habita.
¿Es posible que los marcianos llegaran a la Tierra y se instalaran aquí abandonando aquel planeta que ya no les proveía seguridad para sus vidas así como para sus descendientes?
¿Es posible que algunos de esos mitos y leyendas ancestrales que remiten a que hubo un tiempo lejano en que los dioses llegaron del cielo, se quedaron en la Tierra y se fusionaron con nosotros, corresponda al recuerdo de la repentina llegada de migrantes de Marte?
Vamos más lejos. Cuando Elon Musk dice que, a través de su empresa Space X, está desarrollando un proyecto para que los humanos viajemos a Marte y llevemos adelante su colonización estableciendo familias que se quedarán a vivir allá, ¿acaso desde lo inconsciente colectivo sólo estamos anhelando regresar a la casa natal? ¿Por qué no?
Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, parapsicólogo y filósofo. Su más reciente libro es “¿Qué se oculta tras los OVNIS?” www.antoniolasheras.com