Las preocupaciones -ocuparse antes de tiempo- hace daño y crea inconvenientes. Antonio Las Heras explica cómo llegar a la armonía con una visión cósmica.

La gente normal sufre en demasía, esencialmente, por hacer un análisis demasiado restringido de los hechos de su acontecer cotidiano. Sucede algo no previsto u ocurre de una manera que no era la deseada y, entonces, ya aparecen las manifestaciones de fastidio en el gesto y las palabras.

A esto se suma las “preocupaciones”. Siempre inconvenientes. “Preocupación” significa, precisamente, eso: ocuparse antes de tiempo, atender a algo cuando no es el momento conveniente. Por eso Winston Churchill afirmaba que él podría haber hecho el doble de cosas en su vida si no hubiera malgastado tanto tiempo preocupándose por cosas que nunca ocurrieron después.

M Vision cósimica - preocupaciones - foto 1.jpg

Visión cósmica

La solución a esta equivocada manera de actuar es lo que la tradición hermética llama “visión cósmica”, que ninguna relación tiene con las estrellas y los planetas, sino con la acepción de “cosmos” cual totalidad. Se trata, entonces, de comprender que las cosas –para situarlas en su justo punto– deben ser analizadas dentro del contexto total. Y, muchas veces, dadas las limitaciones humanas, esa totalidad sólo se devela después de transcurrido el tiempo.

Una legendaria historia nos servirá como ilustración práctica de lo antes dicho.

En una aldea había un anciano muy pobre; pero hasta los reyes lo envidiaban porque poseía un hermoso caballo blanco. Le ofrecieron cantidades fabulosas de monedas de oro; pero el hombre decía: “No es un caballo, para mí es una persona. ¿Cómo es posible vender una persona?”. Aunque materialmente pobre, nunca vendió su caballo.

Una mañana el caballo no estaba en el establo. Todo el pueblo se reunió diciendo: “Viejo estúpido. Sabíamos que algún día te robarían el caballo. Hubieras sido mejor que lo vendieras”. El viejo respondió: “No vayan tan lejos. Sólo podemos decir que el caballo no está en el establo. Este es el hecho, todo lo demás son suposiciones, opiniones vacías. ¿Quién sabe lo que sucederá mañana?”. La gente rió.

Pero, después de dos semanas, el caballo regresó trayendo consigo una docena de caballos salvajes. La gente dijo: “Tenía razón. No fue una desgracia ¡sino una verdadera suerte!”. El anciano los oyó y, respondió: “De nuevo están yendo demasiado lejos. El caballo ha vuelto... ¿quién sabe si es una suerte o no?. Es sólo un fragmento”. Esta vez la gente no se animó a decir más; pero sabían que estaba equivocado.

Además: Elogio del amor/ Por Antonio Las Heras

El hijo del viejo comenzó a entrenar a los caballos. Uno lo tiró, rompiéndose las piernas y la gente opinó: “De nuevo tuvo razón. Era una desgracia. Su hijo era su único sostén. Ahora está más pobre que nunca”. El hombre volvió a encararlos con su sabiduría: “Están obsesionados con hablar sin fundamentos. Sólo tenemos la certeza de que mi hijo se ha roto las piernas. ¿Es una desgracia o una fortuna?”.

Pocas semanas después el país entró en guerra. Todos los jóvenes fueron llevados por la fuerza al ejército, salvo al hijo lisiado del dueño del caballo. El pueblo lloraba y se quejaba porque sabían que era una guerra perdida y la mayoría de los jóvenes no volvería. “Tenía razón ese viejo. Eres afortunado. Aunque tullido, tu hijo todavía está contigo. Los nuestros morirán en batalla”. El anciano dijo: “Siguen juzgando. Sólo digan que vuestros hijos han sido obligados a unirse al ejército y que mi hijo no sirve para eso. Sólo en el futuro conoceremos si es una desgracia o una suerte”.

M Vision cosmica caballos foto 2.jpg

Decisiones basadas en datos

No conviene decidir sobre aquello de lo que tantos datos faltan. Tampoco es útil ser “opinólogo”, tan de moda en esta época. Opina sólo de aquellas cosas sobre las que tienes conocimiento acabado. Si tus ideas son producto de fragmentos de tu vida o de la vida ajena, las conclusiones serán falsas. Es como haber visto solamente un arbolito e ignorado el bosque espeso, desafiante e inagotable de la existencia misma.

Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social. “Atrévete a vivir en plenitud”, es su más reciente libro. www.antoniolasheras.com

Aparecen en esta nota:

Contacto

Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2021-110619619-APN-DNDA#MJ - Domicilio Legal: Intendente Beguiristain 146 - Sarandí (1872) - Buenos Aires - Argentina Teléfono/Fax: (+5411) 4204-3161/9513 - [email protected]

Edición Nro. 15739

 

Dirección

Propietario: Man Press S.A. - Director: Francisco Nicolás Fascetto © 2017 Copyright Diario Popular - Todos los derechos reservados