Coco Carreño debutó la semana pasada con “En casa cocina Coco” por Canal de la Ciudad -#EnCasaCocinaCoco!- de lunes a viernes a las 15.30. Si bien participó en numerosos programas televisivos, desde “Todo dulce” en Utilísima, pasando por los ciclos de Maru Botana y segmentos en “Desayuno americano”, “Dale la tarde”, y el último y breve “Cocina sobre ruedas”, es la primera vez que conduce su propio ciclo.
“Estaba buscando volver a la tele con un producto que me gustara a mí. No puedo estar en un programa en vivo todos los días donde no sabés si vas a salir al aire o no. Porque en un magazine, si descarriló un tren, el arrollado de pollo no le interesa a nadie”, explica el cocinero que tomó la iniciativa para presentar el proyecto.
Además de su faceta televisiva, tiene dos locales “Coco Café” -Cabello 3794 y Demaría 4615-, en los que está muy presente, no sólo desde el concepto de todo el menú, sino físicamente. “En los locales estoy todos los días. A la gente le gusta verme ahí. Y a mí no me gusta tomar distancia. Se nota que soy un tipo con el que se puede conversar y por eso, ante un problema, me llaman a mí antes que a la moza”, confiesa Coco, que en esta nota nos comparte un menú apto para todo público.
- ¿Cómo surgió el programa de tevé propio?
-Fui con el proyecto yo y les gustó. Primero me contacté con Eduardo Cura, Gerente de Contenidos del canal, que me presentó a Sila Bordoy -Directora de Contenidos-. Tuvimos dos o tres reuniones donde les dije que quería cocinar desde mi casa recetas que no durasen más de 8 minutos para que la gente no se aburra. Además del programa, las recetas se van repitiendo en forma de micros a lo largo de la programación del canal.
- Lo último que hiciste en televisión fue “Cocina sobre ruedas” con Jimena Monteverde en América. El programa terminó abruptamente cuando Maru Botana ingresó al canal y se habló de un enfrentamiento de cocineros. ¿No podían convivir Maru, vos y Jimena?
-Creo que no hubo mucho conflicto por parte de Maru. El problema fue más del canal porque siempre “escobita nueva barre bien”, como dicen. El canal es el que tiene que defender un producto si apuesta a él. No importa lo que está alrededor de eso. Con Maru, está todo bien.
- ¿Qué te sumó haber hecho televisión a tu profesión de cocinero?
-En que soy mucho menos tímido ahora que antes. La televisión me dio a mí mucha apertura de mente y agilidad para conversar. No es lo mismo dar noticias en un noticiero que cocinar a cámara, porque el cocinero tiene que tener fragmentado el cerebro. Tenés que estar atento a la cámara, no perder el juego de los conductores y, a su vez, volver a la receta para que se entienda. Se requiere mucha agilidad.
- ¿Te preocupa que, al trabajar en Canal de la Ciudad, se te vincule a determinado tinte político?
-No. Nunca se conversó eso en ninguna de las reuniones. Es un programa de gastronomía, no tiene ningún tinte de ningún tipo. Y yo prefiero que sea así. Otra cosa es lo que uno piensa a la hora de votar. Por primera vez voy a ser conductor de un programa que sé que es bueno para mí. Lo mejor es concentrarse en lo que uno quiere transmitir, que es incentivar a la gente a que vuelva a cocinar.
- Los cocineros están últimamente en el ojo de la tormenta: Maru Botana fue escrachada por Edenor, Ariel Rodríguez Palacios fue denunciado penalmente por Geraldine Neumann por acoso laboral, ¿qué pensás de estos casos?
-Los cocineros siempre somos noticia. Yo prefiero no ser noticia por eso. Con respecto a lo de Rodríguez Palacios, si pasó, es un horror y hay que pedir disculpas. En cuanto a Maru, ella explicó que no tenía nada que ver, que era una franquicia, y creo que ya lo resolvió. Pero la gente también aprovecha para tirarle un palo a todo el mundo. Estamos muy alterados y cualquier error que el ser humano cometa es motivo de memes y de una zozobra permanente en las redes sociales. A la larga, eso tiene que cambiar. No tiene todavía un límite, pero lo va a encontrar. Es una moda, están esperando a que te caigas en la calle y te señalen con el dedo porque te caíste. Es una cosa tremenda. La gente descarga su ira en las redes sociales. Cuando me escriben cosas feas, ni las contesto. Hago de cuenta que no me escribieron nada.