Ingredientes:
350 gramos de harina Integral (si es la del súper, no hace falta agregarle la blanca), 100 gramos de harina 000, 1/2 cucharada de sal, 25 gramos de levadura fresca o 5 gramos de la seca, 300 ml de agua (a temperatura ambiente), 3 cucharadas de miel (se puede obviar, ¡a mí me encanta!), mix de semillas, a gusto, leche, cantidad necesaria.
Preparación:
Formar la esponja en una taza o bowl con la levadura, 1 cucharada de miel y 100 mililitros de agua. Mientras que la esponja se activa, integrar la harina con la sal. Realizar un hueco en el medio de la mezcla y luego de unos 10 minutos, agregarle la esponja y el resto de la miel. Empezar a amasar agregando el agua que falta a medida que la masa vaya pidiendo. Esto llevará unos 10 minutos de amasado hasta lograr una masa lisa. Dejarla descansar bien tapada casi 1 hora o hasta que la masa duplique su volumen. Desgasificar bien la masa y amasar 5 minutos más. Colocarla en una budinera y dejarla descansar 30 minutos más o hasta que duplique su volumen, bien tapado con el repasador. Mientras tanto, precalentar el horno a fuego fuerte (220ºC). Pasado ese tiempo, pintar el pan con un poquito de leche, espolvorear con semillas, y llevar al horno entre 35-40 minutos, o hasta que esté bien dorado. Para comprobar si salió bien, desmoldarlo y golpear el piso del pan con los nudillos. Si suena hueco, es porque salió perfecto.
Ingredientes:
Para unas 20 unidades
2 pechugas de pollo, 1 cebolla chica, 1 huevo, avena, polenta, pan rallado, panko o lo que quieras para rebozar (yo mezclo un poco de todo), mostaza y condimentos a gusto.
Preparación:
Cortar en cubo las pechugas y la cebolla y procesarlas en crudo hasta que se forme una pasta. Separarla en pedacitos y darle forma con las manos. Pasarlos por huevo (mezclado con condimentos y un toque de mostaza) y luego rebozar. Cocinar en horno fuerte unos 10 minutos de cada lado. ¡Y listo!