En nuestro país, cada confitería de las grandes ciudades expone en sus vitrinas algún exponente de Selva Negra para acompañar el té de una tarde de sábado o de domingo. Y las panaderías también la incluyen entre sus principales tortas.
Hay varias versiones sobre el origen de su nombre. Una de ellas asocia el color del chocolate con el color de los bosques y las montañas de la región alemana de la Selva Negra. Otra versión tiene que ver con el ingrediente que la hace tan particular y que es ese toque de Kirsch o aguardiente de cerezas, típico de la mencionada región. Pero existe otra versión que le adjudica su nombre al parecido con la vestimenta folklórica de las mujeres de los pueblos de Gutach, Kirnbach y Reichenbach, también de la zona de la Selva Negra. Dichos vestidos son oscuros como el chocolate, la camisa blanca como la crema, y el sombrero con adornos rojos como las cerezas.
En cuanto a su origen, hay también versiones encontradas. Antes de la creación de la Selva Negra ya existía un postre similar que combinaba crema, compota de cerezas y Kirsch y que era muy conocido en la región de la Selva Negra del Sur. Pero antes de eso, aparentemente ya existía una torta similar proveniente de Suiza, pero que no tenía licor de cerezas.
En 1915, el pastelero Josef Keller (no olvidemos que en ese momento Alemania estaba en plena Primera Guerra Mundial), se atribuyó la creación de la Selva Negra. Keller había ganado fama en su oficio de repostero del Café Ahrend de la ciudad de Bad Godesberg, al Sur de Bonn en la bucólica región del río Rin, e insistía en que había sido el inventor de la combinación de crema, cerezas y chocolate con el toque aromático del licor de cerezas. Incluso, él mismo escribió la receta en 1927, aunque dicha versión tenía una sola capa en lugar de tres. Sin embargo, otra versión indica que fue el chef Erwin Hildenbard, de la ciudad de Tübingen en la región de la Selva Negra, el que inventó la torta en 1930, años para nada fáciles en Alemania, con un clima social demasiado enrarecido por una crisis que desembocó en la primera hiperinflación de la historia de la humanidad y la posterior llegada de Hitler al poder.
Sea como sea, la fama de la Selva Negra se expandió rápidamente por toda Alemania hasta que llegó a traspasar sus fronteras. Hoy en día se considera la torta más popular de Alemania. Incluso tiene su propia fiesta en el pintoresco pueblo de Todtnau, uno de los lugares más turísticos de la región de la Selva Negra, donde se celebra cada dos años el festival de esta torta y donde compiten aficionados y profesionales.
Para la presente sección, el pastelero Juan Pablo Viana nos acerca en exclusiva tres versiones de este verdadero manjar para que podamos hacerlo en nuestra casa: la versión clásica con compota de cerezas, otra versión más común con un génoise -especie de bizcochuelo- de chocolate, y una receta propia y más actual con capas de merengue con almendras (dacquoise).
Es un postre apropiado para disfrutar en reuniones familiares y darle un toque especial al evento con una torta que nunca falla porque tiene chocolate y crema chantilly para los más golosos y un toque de licor de cerezas para los paladares más exigentes. Y si hay algún cumpleaños cerca, ¡aquí está la solución!