Tess Christian, de 50 años, abandonó la sonrisa a la edad de 10. "No tengo arrugas porque me he entrenado a mí misma para controlar mis músculos faciales", explicó la mujer.
Cuando tenía 10 años, Tess Christian resolvió que no sonreiría más. Y no es que su vida haya sido triste o haya visto en ello una forma de rebelión, sino que simplemente deseaba conservar la apariencia jovial de su rostro para cuando fuera mayor.

De eso ya han pasado cuatro décadas y hoy Tess en realidad no representa la edad que tiene: 50 años.'No tengo arrugas porque me he entrenado a mí misma para controlar mis músculos faciales", explicó la mujer.

Tan a pecho se tomó su propósito que incluso evitó sonreír el día de su matrimonio o cuando nació su hija.

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