BOCA COMENZO BIEN EL PARTIDO. MATIAS GIMENEZ CLAVO LA PELOTA SOBRE EL PALO IZQUIERDO DE ARDENTE, DESPUES LES PIDIO PERDON A LOS DE TIGRE Y BESO EL ESCUDO DE BOCA.
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A cinco minutos del final, Boca recuperó la sonrisa en Victoria
Venció a Tigre en un partido flojísimo en el que ninguno de los dos mereció el triunfo. Chávez anotó el gol decisivo
Boca sonrió, después de algunas semanas de rostros amargos. Venció a Tigre en Victoria, y aunque futbolísticamente no mostró casi ninguna mejoría con respecto a los partidos anteriores, al menos sumó de a tres para recuperar un poco los ánimos.
Con más lucha que juego se desarrolló el primer tiempo. El atractivo estuvo en la intensidad con la que se disputó, pero desde el punto de vista técnico dejó bastante que desear. Fue un etapa muy interrumpida con infracciones, con mucho forcejeo y con pocos jugadores que intentaban hacer una pausa, mirar lo que pasaba y clarificar. Castaño en Tigre, Cañete y García Lugo en Boca. Poco más. Tigre basó su juego ofensivo en las pelotas aéreas, en especial en las jugadas con pelota detenida. Así fabricó sus únicas tres situaciones, entre ellas el gol. Boca no hizo demasiado más. En realidad, Ardente pasó 45 minutos tranquilos de no haber sido por el gol de Matías Giménez.
El partido se jugaba en mitad de cancha, a pura pelea para dominar ese sector, conseguir la pelota y ver qué equipo podía quebrar primero la resistencia del rival. Lo hizo Boca, a los 24 minutos: Cañete bajó una pelota en el borde del área, la aguantó y en el momento justo la abrió hacia la izquierda, por donde venía Matías Giménez, quien sacó un zurdazo de primera, bajo y cruzado, que se clavó contra el poste izquierdo del arco de Ardente.
Si Tigre tenía alguna chance de empatar el partido, iba a ser a través de algún corner o tiro libre, como ya había demostrado antes. Siempre que caía un balón a partir de una jugada de pelota detenida al área de Boca, ganaban los de Tigre. Y así se repitió a los 37: tiro libre desde la derecha que ejecutó Leone con su pie izquierdo, Stracqualursi les ganó a todos y de cabeza superó a Lucchetti.
No mejoraron las cosas en el segundo tiempo y es más, el partido incluso decreció en ritmo. Boca no tenía ideas como para llegarle a Tigre. Cañete se quedó, nadie tomó la posta, a Viatri y a Palermo casi no le quedaron pelotas a disposición en el área. Palermo se destacó más en defensa que en ataque, con eso todo está dicho. Sólo Gaona Lugo mostraba intenciones por derecha. Y Tigre tampoco encontraba caminos, con muy pocas luces del medio hacia adelante.
Hubo cambios de ambas partes para tratar de modificar la situación. En Boca entró Chávez por un Cañete ya desdibujado y Monzón por Giménez, algo dolorido en su pierna derecha. En Tigre ingresaron Diego Morales y Botta, dos jugadores con más manejo, para ver si podían aportar algún destello creativo.
No hubo caso. Todo parecía morir en empate, hasta que Boca encontró una fórmula. Centro pasado desde la izquierda que cabeceó Insaurralde y Ardente la sacó el corner cuando la pelota se le metía por arriba. Llegó el corner desde la derecha, hubo un débil rechazo y Chávez la tomó de frente, desde el borde del área, y la clavó contra el poste derecho de Ardente. Faltaban apenas cinco minutos...
Tigre trató de ir como pudo a buscar el empate en el ratito que le quedaba, pero no logró más que un par de centros sin peligro. Es más, Boca estuvo a punto de meter el tercero Viatri, pero Ardente salvó con el pie. Y no hubo tiempo para más. Boca no mejoró con respecto a otros partidos, pero ganó y se pudo revitalizar un poco. Tigre venía bien en cuanto a resultados, pero ayer se le escapó un punto. Y a Tigre, todos los puntos que se le escapan le duelen...