Para obtener la mayor precisión posible y desde la neutralidad, la pareja española utilizó un decibelímetro -un instrumento que permite medir el nivel de presión acústica- para definir este superclásico de hinchadas.
"Sabemos que la acústica no es la misma, el estadio de River es más grande", sostuvo Nury.
"Pero también es cierto que tienen más gente, son más de 70.000 espectadores, por lo tanto deberían hacer más ruido. Pero la acústica es abierta, el de Boca es más cerrado", agregó Sebastián.
Los europeos comenzaron el desafío en el estadio de Boca. El punto más alto fue cuando el Xeneize metió el primer gol y se registró un pico de 116 db.
Días más tarde viajaron a Núñez para ver a River en acción. Sentados en la platea del Monumental, midieron el sonido con su decibelímetro, el cual llegó a un pico de 115 db.
"Pero con la intensidad del fútbol argentino, en España el fútbol no se vive con esta intensidad. A nivel cánticos noté que Boca es continuo y que, por la forma de su estadio o no sé qué, el canto es constante y no para. En River es por picos, y como la magnitud es mayor cuando gritan se siente muy fuerte, y hasta eco, cosa que no escuchaba en Boca", explicó Menéndez.