El comienzo del segundo semestre de 2023 ha coincidido con un aumento de la volatilidad en los mercados bursátiles internacionales. De hecho, si bien una corrección en los índices accionarios se esperaba después de semanas de absoluta tranquilidad, lo nuevo en esta parte del año es la fluctuación de los precios.
El rally alcista que ha impulsado la gran subida de los índices europeos, algunos de los cuales han alcanzado máximos del período y otros máximos absolutos, y que ha permitido a Wall Street recuperar casi todo el terreno perdido en 2022, ha experimentado sin duda pequeñas y naturales pausas, pero desde las sesiones posteriores a la estabilización del sistema bancario estadounidense, tras la crisis del Silicon Valley Bank y la fusión entre UBS y Credit Suisse, los indicadores de volatilidad implícita no han permanecido en valores específicos.
Esto, por supuesto, no significa que las estructuras técnicas del mercado de acciones estén comprometidas, pero es evidente que el mundo financiero está observando con gran atención, y también preocupación, los desarrollos de la dinámica en curso.
Además, esta marcada disminución en la percepción del riesgo por parte de los inversores contrastaba con un entorno macroeconómico no exento de incertidumbres.
En cuanto a la inflación, la situación aún está abierta, especialmente en el viejo continente: los últimos datos de Alemania siguen mostrando tensiones en los precios, pero en otros países de la zona euro la situación no es mejor, debido a una política fiscal demasiado generosa que ha ralentizado la transmisión de las medidas restrictivas implementadas por el BCE.
En Estados Unidos, aunque los analistas señalan señales más alentadoras en el proceso de desinflación, la Reserva Federal tiene la intención de realizar al menos dos aumentos más en el costo del dinero antes de que termine el año.
Las posturas hawkish de las instituciones ciertamente no son un estímulo para los mercados internacionales, pero las orientaciones de los bancos centrales podrían ser revisadas, incluso rápidamente, en caso de que se inicie una contracción del ciclo económico.
No obstante, según los expertos de mercati24.com, el portal de referencia en Italia dedicado al mundo de las inversiones, ya se están observando algunos signos de desaceleración en la Eurozona.
De hecho, a diferencia de una economía estadounidense más resiliente, las economías de los Estados miembros comienzan a mostrar indicadores líderes en contracción. Esta evidencia se suma a los datos del PIB correspondientes al primer trimestre del año, que, con una segunda variación negativa consecutiva en algunos países de la Eurozona, han confirmado la entrada en una recesión técnica.
Sin embargo, los analistas no se centran tanto en la materialización del escenario, sino en la duración e intensidad de la desaceleración, ya que un aterrizaje suave podría incluso estimular el proceso de desinflación y convencer a los bancos centrales, como se anticipó anteriormente, de detener las medidas de ajuste. Obviamente, una situación que se presta a diversas interpretaciones no tiene un impacto muy positivo en el sentimiento de los inversores, especialmente si las opiniones discordantes también provienen del mundo institucional.
El tema de la recesión, como es fácil de deducir, es muy debatido en los círculos financieros y, después de la reciente corrección de los mercados bursátiles internacionales, la cuestión se ha vuelto aún más apremiante. Los gestores de fondos de grandes firmas de inversión como PIMCO y UBS están comenzando a lanzar las primeras advertencias sobre las perspectivas de crecimiento económico a nivel mundial, ya que, según sus analistas, una desaceleración de cierta intensidad socavaría la estabilidad de los mercados, con consecuencias en un círculo vicioso para los PIB de varios países.
Sin embargo, a la posición crítica, especialmente hacia las políticas monetarias restrictivas, de los gestores de fondos en cuestión se opone un moderado optimismo de figuras cercanas al mundo de los bancos centrales. Hace poco tiempo, por ejemplo, incluso el presidente del Eurogrupo, en una entrevista concedida a la prensa especializada, expresó su confianza en el potencial de crecimiento de la UE. Paschal Donohoe, aunque se mantiene cauteloso en cuanto a la cuestión de la inflación, ha confirmado que existe una alta probabilidad de que la Eurozona evite una recesión severa en la segunda mitad de 2023 y en 2024.
Invertir en los mercados financieros en un clima de incertidumbre no es ideal, pero en un contexto caracterizado por niveles de inflación aún altos, la falta de remuneración del patrimonio puede provocar una disminución sustancial en su poder adquisitivo, especialmente si los índices bursátiles continúan en la misma tendencia de la primera parte del año, ya que aquellos que se mantengan en efectivo podrían encontrarse persiguiendo las alzas.
Por supuesto, involucrarse en los mercados hoy sin una estrategia sólida no es aconsejable, pero con una preparación adecuada es posible enfrentar esta fase de incertidumbre sin grandes problemas. En el portal bolsa24, por ejemplo, se pueden encontrar tutoriales que presentan diferentes enfoques operativos para invertir en los mercados con una gestión adecuada del riesgo.
El equipo de profesionales con el que colabora la redacción explica que la estrategia más funcional para posicionarse actualmente en activos caracterizados por alta volatilidad consiste en construir la posición con entradas fraccionadas en el tiempo, siguiendo la línea de los planes de acumulación de capital.
Este enfoque permite suavizar la volatilidad de los precios del activo subyacente objeto de compra y venta, y reducir el precio medio de compra en situaciones de aversión al riesgo.
Por otro lado, los inversores más experimentados pueden implementar estrategias de trading long-short para cubrir la cartera o aprovechar los movimientos a corto plazo del mercado tanto al alza como a la baja, utilizando herramientas de negociación que permitan el short selling y el apalancamiento financiero.