El café tuvo un origen muy curioso. Según una leyenda dice que un pastor de Abisinia (actual Etiopía) llamado Kaldi observó el efecto tonificante de unos pequeños frutos rojos de arbusto en las cabras que lo habían consumido en los montes, efecto comprobado por él mismo al renovarse sus energías.
Al parecer, molían los granos de café y hacían una clase de pasta que daban a los animales y a los guerreros para renovarles las fuerzas. Su cultivo se extendió en primer lugar en la vecina Arabia, llevados probablemente por prisioneros de guerra.