Un picapedrero de principios del siglo XX, en un intento desesperado por recobrar su fuente de trabajo en lo que quizá sea su última noche en la cantera. Y en esa lucha un chelista que en su música se vuelve objeto de proyección de los personajes que lo habitan. Una propuesta pos dramática de cómo puede estrellar el sujeto ante el desempleo.
El Picapedrero (la pieza teatral se ofrece en el Teatro El Espión,Sarandí 766, CABA, con funciones los lunes a las 20.30), es la primer obra de un proyecto titulado Proyecto Tarjeta Postal que se corporiza a partir de Tarjetas Postales Circuladas que contienen imágenes, algún texto, sellos, fecha, data de época, alguna textura, etc. En este caso y haciendo un trabajo poético, por excelencia, la dramaturga y directora Valeria Medina pone a circular nuevamente tarjetas postales que han ocupado un tiempo y un espacio determinado hace ya varios años en nuestra querida Argentina. La apuesta es osada: la circulación de las tarjetas postales en un tiempo que no es el suyo se pone en marcha mediante el teatro, como anclaje, para situarlas en una nueva temporalidad. El Picapedrero es la primer obra del Proyecto Tarjeta Postal ideado por la dramaturga, en la que el actor Darío López y el cellista Juan Ignacio Ferreras se encuentran en el espacio escénico desde la estética, marcando un contrapunto que resuena en el cello. El proyecto tiene como premisa la intervención en la obra de la música que funciona más como un discurso de contraste con el monólogo del intérprete.
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