El director opina que en general lo que se produce es de mala calidad, y más aún en Estados Unidos. Además, explica por qué no filma desde 2004.
El realizador Adolfo Aristarain, uno de los más importantes cineastas que dio el cine nacional al promediar la década del 70, con obras como Tiempo de Revancha y Un Lugar en el Mundo, entre otras, está siendo homenajeado con una retrospectiva en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), que arrancó el pasado 10 de abril y concluye hoy. Responsable de films como La Parte del León, Martín (H), y Roma, Aristarain aprovechó la oportunidad para hablar de cine, hacer un repaso crítico sobre su propia producción y dejar una serie de ideas en relación con la actualidad, política un lado y cinematográfica por otro.
"En cuanto al cine, a diferencia de lo que ocurría en la década del 50 o la del 70, sabemos que el 95 por ciento de lo que se produce en el mundo es basura y que en el caso del cine norteamericano el porcentaje de basura es superior. Y hay películas de buenos directores pero basura ideológica, como Argo o La Noche más Oscura, que son publicidad de la CIA o apología de la tortura como medio válido para lograr un objetivo", concluyó.
Sobre su larga inactividad desde Roma, estrenada en 2004, Aristarain responde: "La cuestión es que me ofrecieron algunos proyectos, guiones, novelas, que aún intentando modificarlas para darles un formato de cine era imposible remontarlas, y hasta me ofrecieron un proyecto de miniserie sobre Antonio Machado para España que no me convenció, si bien la TV, más allá de que allí hice Las Aventuras de Pepe Carvalho, no me entusiasma mucho".
"Ojo que cuando me mandan proyectos que no me gustan o no veo la posibilidad de remontarlos, me tomo el trabajo de explicar punto por punto por qué no sirven. Hay historias a las que le encontrás una punta, pero las que me mandaban a mí no la tenían y los tipos que me habían hecho la propuesta me daban la razón", comenta el director que en sus inicios fue asistente de Sergio Leone en Erase una vez en el Oeste.
"Algunas cosas que me propusieron de España y rechacé finalmente se hicieron y fueron bodrios -comenta-. Las novelas disimulan las fallas en el relato, pero en el cine salen a la luz y resultan lo opuesto a lo que debe hacerse para que una película funcione. Los diálogos en el cine son diferentes a los de la literatura, y no puedo escribir literatura porque no tengo paciencia", dice convencido.
Para el cineasta "en cine los diálogos son sintéticos, en la literatura se toma su tiempo y además hay un resto. No, yo no tengo paciencia para escribir una novela, no me atrevería, no tengo oficio de escritor y solo sé qué tengo que hacer en el cine".
Hablando sobre su propia producción y pidiéndole que elija una entre sus realizaciones, Adolfo Aristarain responde que no tiene ninguna "preferida".
"Todas tienen algo que me gusta más, pero no puedo decir que una en particular me haya gustado más, si bien es obvio que algunas las quiero en especial más allá de la película, La Parte del León porque fue la primera, Tiempo de Revancha porque justo ese año nació mi hijo y Un Lugar en el Mundo por la repercusión que tuvo", asegura.
"En mis personajes hay una postura ideológica clara y que no puedo ocultar, y la base es que detesto al capitalismo, y creo que la única salida es el socialismo o algo que tienda al socialismo por los medios que sea y como sea y eso está muy claro y lo manifiestan estos personajes, es cierto que yo evito que lo manifiesten muy abiertamente, pero finalmente lo hacen. Lamento que se tarde tanto en cambiar estas estructuras", expone el cineasta.
En esta misma línea relata: "En mis películas el tema de la minería fue premonitorio de la Barrick Gold. Desde entonces las cosas cambiaron muy poco y se siguen haciendo las mismas cagadas". "Creo que, por suerte, a partir de Néstor Kirchner empieza a marcarse esta famosa división, que es la queja de la oposición, que a mí me parece maravillosa, que por fin se ve una clara división: '¿estás con los capitalistas que se llenan de guita o no? Y si estás del lado de los capitalistas, los terratenientes y los poderosos y si estás a favor de ellos es porque lo sos, o porque sos un idiota. Hay una franja intermedia, que no sabe dónde está, que es una banda de idiotas".
"Hoy -señala- nadie puede mentir, se acabó la hipocresía. Siempre fui un tipo convencido del socialismo, con algunas cosas del anarquismo y sabiendo que es un tema complicado como el del huevo y la gallina, porque, qué es lo que hacemos primero, es decir ¿primero se implanta o primero se educa a la gente para llegar a eso?, pero yo nunca cambié de parecer", jura.
Aristarain es contundente: "América Latina cambió en los última década a partir de la aparición de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández acá, en Venezuela con esa gran figura que fue Hugo Chávez, con Rafael Correa en Ecuador, con Evo Morales en Bolivia; estamos viviendo un momento que no imaginábamos podría llegar a ocurrir nunca", piensa y dice.
"Siempre tuve un pensamiento cercano al socialismo y soy consecuente con esos ideales, por eso no tengo dudas cuando hablo de lo que fue Kirchner y de lo que significa Cristina para este momento, y es más, pienso que es necesaria la reelección contra todos los que se oponen a esa necesidad de profundizar este modelo", insiste.
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