Es intuitiva, muy sociable y reflexiva. Es capaz de guardar secretos por toda la vida. No elude los conflictos que se le presentan. Su fortaleza espiritual es su mayor capital. Vive el presente y disfruta de la vida con intensidad. No le molesta reconocer sus errores. En esta oportunidad, habla Adriana Salgueiro -quien forma parte del elenco de la comedia “Qué le digo a mi mujer” que debutó en Mar del Plata el 28 de diciembre en el Teatro de Diagonal- una mujer convencida que por lo hecho en esta vida, ya tiene ganado el cielo.
l Dicen que las mujeres tienen un sexto sentido, ¿cuál es el suyo?
-La intuición. Las mujeres somos muy intuitivas y, en general, estamos un paso delante de las situaciones.
l ¿Cómo intuye que se vincula con los demás?
-Fantástico. Soy muy sociable, amigable y aprendí a no juzgar a la gente por las primeras impresiones.
l ¿Cuánto tiempo es capaz de guardar un secreto?
-Toda la vida.
l ¿Tiene guardados secretos que queman?
-Tengo guardados secretos que me han contado que queman.
l ¿Qué debería tener su mundo para ser perfecto?
-Sería ingrata si deseara algo más. Salvo los malos momentos que tengo, como todos, mi mundo es casi perfecto.
l A los conflictos, ¿los enfrenta o los esquiva?
-Los enfrento. No puedo guardarme porque me hacen mal, pero busco el momento adecuado, no actúo en caliente.
l ¿Qué hace para escaparle a la infelicidad?
-Intento que todo eso esté en armonía.
l ¿Planifica el futuro o vive el minuto a minuto?
-Vivo el presente, sabiendo que existe un pasado y que hay futuro. Lo tuve que aprender para escaparle a la infelicidad. Lo mejor es lo que tengo hoy. Lo que está por venir sólo lo sabe Dios.
l ¿Por qué cree que tiene sentido vivir a su lado?
-Porque soy fantástica (risas). Soy simple y me gusta la buena convivencia. Es muy fácil convivir conmigo.
l ¿Cómo es anímicamente?
-Estable y alegre.
l ¿Cómo se encuentra en el plano psíquico?
-Perfecta. Hice veinte años terapia. Si en dos décadas no aprendí, estoy en problemas porque no entendí nada.
l ¿A qué distancia se siente de la locura y de la cordura?
-De la cordura estoy muy cerca. De la locura estoy lejos.
l ¿Hay algo que la acompleje?
-¡Sííí!
l Cuénteme.
-Ni loca.
l ¿Por qué?
-Porque es un secreto.
l Si le sugieren que no intente algo, ¿qué actitud toma?
-Si pedí el consejo, escucho, pero no cambio mi rumbo. Cuando decido algo, le doy para adelante.
l ¿Es reflexiva?
-Sí. No actúo por impulsos. Prefiero pensar para no tener que arrepentirme. De todos modos, si tuviera que hacerlo, pediría disculpas. Reconozco mi error. No soy orgullosa.
l Cuando le piden disculpas, ¿las acepta?
-Por supuesto y rápidamente. Si me piden perdón, no porque el único que perdona es Dios.
l La venganza es el placer de los dioses, ¿también es el de los mortales?
-Venganza es una palabra horrible que no entra en mi vocabulario.
l ¿Se parece en algo a la mujer que aspiraba ser?
-Si bien no me planteé un tipo específico de mujer, a lo largo de mi vida fui haciendo lo que quería e intentando forjarme como buena persona y creo que lo soy.
l ¿Se reconoce hacedora de su destino?
-Creo que uno hace cosas para que sucedan otras. En ese sentido, vas marcando tu destino pero, a veces, hay cosas que te viene sin esperarlas y cambian tu camino. Pienso que todo depende de las circunstancias.
l ¿En su vida hubo hechos que marcaron un antes y un después?
-Sí. Los fallecimientos de mi mamá y de mi papá y la salud de una amiga que no está bien. Eso me hizo cambiar la perspectiva de las cosas.
l ¿Ha cumplido con sus principales objetivos de vida?
-Los superé ampliamente. En cuanto mi profesión, tener 44 años de vigencia no es poca cosa.
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