El humorista planea trabajar en una novela con la reconocida actriz y quiere participar solo una vez por semana de Animales Aueltos. Además, está presentando La Cátedra del Macho II: La Resurrección, en toda la costa atlántica.
Este verano, además de descansar en una casa perdida en el bosque de Cariló -como lo viene haciendo los últimos 15 años-, Coco Sily transmite desde allí su programa Código Sily, que va de lunes a viernes, de 16 a 19 por Pop Radio. "Armaron un estudio en la playa que está buenísimo. Este es mi lugar en el mundo, me encanta; aunque Cariló sea medio aputasado", bromea el actor que, además de estar en el éter, volvió a las tablas y redobló la apuesta con La Cátedra del Macho II: La Resurrección, obra con la que está de gira por toda la costa atlántica.

Tras el éxito de la primera puesta, que estuvo durante cuatro años en cartel -en diferentes teatros de Buenos Aires y el interior-, tuvo más de 150 mil espectadores y recibió un premio Estrella de Mar, el humorista llega con una propuesta fiel a su estilo aunque renovada: "La diferencia con la cátedra anterior es que antes era yo solito arriba del escenario. La Resurrección tiene otro desarrollo escenográfico, otro vestuario. Hablamos, en las generalidades, de lo mismo pero, en cuanto al contenido, no tiene nada que ver un show con otro. Hasta hemos inventado un elemento nuevo para el espectáculo: la máquina de detectar putos".

No tenés problemas con los homosexuales, ¿verdad?

-¡Al contrario! Hace 20 años que soy gay y estoy en pareja con mi manager. ¡Es mi manera de disfrazar mi homosexualidad! Ahora de verdad, el show no es ni machista ni mata putos. Yo hablo de una condición social en cuanto a la modernidad, a los metrosexuales, al aputasamiento generalizado, nunca de una elección sexual.

¿No sos coqueto?

-Para nada. Me pongo cualquier ropa, lo primero que encuentro. Me dicen de todo los maquilladores, los vestuaristas. Pero a mí me molestan los encremados, los que se miran todo el tiempo al espejo, los que necesitan gelcito para el pelo... ¡Se ha perdido la cosa machaza que tanto les gustaba a las chicas!

¿A las chicas ya no las atrae la cosa machaza?

-No, por eso estoy solo. Busco una mujer, pero pasa que también faltan minas de verdad.

¿Y cómo es una mujer de verdad?

-Una compañera, alguien con quien compartir, alguien que disfrute lo que al otro le pasa como si fuese propio y alguien con quien sostener los silencios, algo que es muy importante y a la vez difícil de encontrar en una pareja.

¿Tus hijos te acompañan durante la temporada?

-Mi hija mayor Dana (20) está como asistente de producción en La Cátedra..., Sasha (17), y los gemelos Bono y Baltasar (12) vienen en unos días, se quedan en Cariló conmigo y se adaptan a mi rutina: me levanto ocho y media de la mañana, salgo a correr, después voy al gimnasio, al mediodía hago yoga y después tengo unos masajes linfáticos. Por la noche, medito y leo a Osho. Mentira... ¡Sólo hago asados! Ni siquiera voy al médico y mis hijos se ponen rompes todo el tiempo con que me cuide, deje el cigarrillo y coma más sano.

¿Te gusta que tu hija mayor haya elegido trabajar en el medio?


-Sí, por supuesto. Dana labura en una radio de la costa durante el día y, por la noche, asiste en el espectáculo. Es mi única hija mujer y por eso, parte del show está dedicado a sus novios, que mueren arriba de las tablas. Los escracho con fotos y todo, como corresponde.

¿Cuál es la reacción del público?

-Se divierte mucho, sabe que es un chiste, un juego. Los espectadores entienden el código y se sienten identificados porque hablo de cosas que nos pasan desde el lugar humorístico. Pedro Saborido me ayudó en algunas ideas del espectáculo y el texto es todo mío.

¿Vas a llevar La Cátedra del Macho II a la Ciudad de Buenos Aires?


-Voy a hacer gira principalmente por el Conurbano bonaerense y algunas provincias.

¿Te seguiremos viendo en Animales Sueltos durante 2013?

-Mi participación todavía no la tengo combinada, me gustaría ir sólo una vez por semana, debido a que son cuatro años de estar ahí noche a noche en vivo. Voy a tratar de que sea así.

¿Tiene que ver con los cambios que hubo en el programa, como las entrevistas que hace Alejandro Fantino?

-No, ir una vez por semana es mi intención para seguir en un lugar que amo profundamente y tener un poco más de tiempo para estar con mis hijos y descansar. Quizás Animales mute a otra cosa y ni siquiera continúe con mi participación en el living.

¿Algún otro proyecto en televisión?


-Una telenovela con Andrea del Boca que si se concreta, sería algo maravilloso. No sé demasiado porque sólo me reuní una vez con Andrea y le dije que podía contar conmigo. Tengo los dedos cruzados para que salga. Nosotros somos amigos, ella escucha mucho mi programa de radio. Para mí, sería un privilegio volver a trabajar con ella (Sily participó en un capítulo del unitario Tiempo de Pensar, que emitió la TV Pública) porque es una actriz que admiro y respeto muchísimo.

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