El cantante y guitarrista se prepara para su recital en La Trastienda en una etapa donde "la banda está sonando muy bien" y él está "en un súper momento", dice. "Todo lo recorrido con este disco ya lo doy por terminado". Asegura que prepara nuevo material.

El disco Incandescente (2013) sobrevino en popularidad para Richard Coleman. El cantante, guitarrista y compositor volvió a los primeros planos del mundo rock, donde en la década de los ´80 lo vio como frontman de Fricción y en los ´90, junto a 7 Delfines. En estos últimos años, a la derecha de Gustavo Cerati, durante la explosión mundial de Ahí vamos (2006) y Fuerza Natural (2009).

Pero Coleman no se cansa, no para y se prepara para tocar en La Trastienda, donde recorrerá las canciones de su último trabajo, mezcladas con las de discos anteriores, como Siberia Country Club
(2011) y A song is a song vol. 1 y vol. 2 (2012 y 2013).

-Luego de lo sucedido con Gustavo y de la buena repercusión del álbum ¿En qué momento cae de tu vida este recital?

-Cae en un muy buen momento, la verdad. Justo en un momento en que todo lo recorrido ya lo doy por terminado. Ahora estas canciones son parte de mi repertorio, se suman a la de los discos anteriores. Además estoy en un súper momento, donde la banda está sonando realmente muy bien. Y con todo esto, merecíamos tocar en La Trastienda.

-¿Cómo llega una banda a sonar muy bien? ¿Cómo es posible encontrar ese "sonido perfecto"?

-Y encontramos una muy buena vibra entre nosotros. Pero también es porque son unos músicos increíbles. En cada show lo que tratamos es de hacer algo disfrutable para todos, cada show tiene que ser único. Cada momento arriba del escenario, trascendente, porque hacés un show con la gente. Se siente una energía muy extraña, viste. Y creo que encontramos eso.

-Hablás de la "buena vibra". Otros músicos, como Cerati, por ejemplo, antes de cada concierto tienen rituales energéticos. ¿Crees en las energías positivas, negativas?

-Sí, por supuesto. Las energías son fundamentales para el bienestar de uno que está muy expuesto. No tengo  ninguno de esos rituales, pero nosotros lo que hacemos es darnos un abrazo gigante, todos unidos y gritamos. Parecemos unos rugbiers en un partido.

-¿Habrá alguna sorpresa en La Trastienda?

-Y hablar de sorpresas es casi un cliché, te diría. Yo creo que la sorpresa siempre es la lista de canciones que vamos a tocar. Pero invité a Andrea Álvarez, que estará en tres temas.

-Pensé que me ibas a decir Skay Beilinson, aunque si me lo decís, deja de ser sorpresa.

-(Se ríe).  Desde muy joven lo vi tocar en vivo y me partió la cabeza. Su voz y su sonido siempre me tocaron mucho. Él tiene un tono muy particular con la guitarra y la expresividad también. Hace años que nos cruzamos y compartimos varios shows.

-Entonces de ahí, supongo, que habrá nacido esa invitación para la canción Corré la voz.

-Claro, son gustos que te podés dar cuando sos solista. Se me ocurrió llamarlo hace unos años para el disco Siberia, pero no se pudo dar. Pero esta vez para Incandescente fue distinto y se me dio. Se enganchó de una, apenas empezó.

-Decís "todo lo recorrido ya lo doy por terminado". ¿Hay nuevo disco en camino?

-Mirá si tengo que hablar de venta de discos y eso, mejor me pongo una librería (se ríe). Sí, estoy trabajando un nuevo material. Una vez terminada la gira me voy a poner de lleno.


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