Casi sobre la hora Guillermo Cóppola logró que un grupo de amigos reuniera los 4.188.000 de pesos que hacen falta para saldar la deuda y frenar la ejecución judicial (prevista para mañana) del famoso departamento de avenida Libertador 3540.
'Siempre tuve amigos dispuestos a ayudarme. La plata ya está. Tampoco es tan importante el tema del dinero. En la vida aprendí que es algo que va y viene', indicó Cóppola al dar a conocer la novedad que le permitirá salvar su lujosa propiedad.
Consultado sobre cuándo resolvería la deuda, el representante explicó: 'Faltan algunos temas de documentación y papelería que se tienen que resolver'.
Extraoficialmente se supo que el ex representante de Diego Maradona ofrecerá un plan de pagos en cómodas cuotas a la jueza comercial María José Gigy Trainor, que tiene a cargo el caso y quien deberá decidir en última instancia si acepta la oferta. El departamento, ubicado en el décimo piso de Libertador 3540, alcanzó una inusual notoriedad entre los años 1996 y 1997 a raíz de una causa por tráfico de droga en la que luego resultó acusado de haberla armado el propio juez Hernán Bernasconi.
El inmueble cuenta con una superficie de 326,63 metros cuadrados, y fue puesto en subasta con un precio base de 4.188.000 de pesos, que deberán ser pagados en efectivo al momento de la compra.
'Lo del jarrón, fue en realidad un garrón que terminó con juez preso, secretario preso, policías presos y una gran vergüenza para la justicia argentina', se defiende habitualmente Cóppola cada vez que recuerda la anécdota.
La deuda que originó la causa que tramita el juzgado comercial nº 23, lleva la carátula 'Banco Central c/Maradona Diego Armando y otros' y fue iniciada por el dueño del inmueble de Barrio Parque ubicado en la intersección de Mariscal Castilla y Juez Tedín- luego de varios pagos adeudados por el manager que, actualizados, ascienden a unos 5 millones de dólares.
La vivienda, que era utilizada por Maradona para parar en Buenos Aires cada vez que volvía de Cuba, país en el que residió varios años a principios de la década pasada, sufrió un incendio por esa época que lo dejó prácticamente destruido.
Asimismo, la vivienda registra varios destrozos que el futbolista y sus amigos le habrían producido y que el mismo Cóppola consigna en su libro 'Guillote'