Volvió a la TV tras cuatro años de ausencia en los que se instaló en las sierras de Córdoba y con un papel a su medida. El “plus” de la propuesta de Sebastián Ortega es que le toca trabajar con sus grandes amigos, como Fernán Mirás.

Algo de la impronta rockera que asoma cada noche en la trama de Viudas e hijos del Rock and Roll, la tira de las 21.15 de Telefé, parece colarse en la verdadera personalidad de Damián De Santo.

Hombre de armas tomar, descontracturado, carismático, siempre dueño de declaraciones que nunca pasan desapercibidas, regresó a la tevé tras 4 años de ausencia, para lograr empatía al servicio de un personaje que se niega a madurar.

Es que el papel de Diego Lamas, un cuarentón que comparte un cuarto con su amigo inseparable Rama (Fernán Mirás), en la casa de su madre Titi (Georgina Barbarossa), DJ, melómano y fanático del rock nacional, fue motivo suficiente para decidirse a salir de la tranquilidad de las sierras cordobesas en Villa Giardino, en las que desde 2008 vive con su familia donde montó un complejo de cabañas que él mismo atiende, y encarar de lleno la propuesta efectuada por los productores Sebastián Ortega y Pablo Cullel.

"Es uno de los mejores papeles que recibí en años. Desde 2010 que no estaba en una tira en televisión, aparecieron algunas cosas pero no me cerraban", señala tras Botineras, su último trabajo televisivo donde compuso al recordado Tato Marín, un corrupto representante de futbolistas.

"Esta propuesta de Sebastián me gustó mucho, porque mi personaje es bastante pintoresco. Se acentúa la relación con el rock, lo que le pasa a mi generación y eso me pega mucho. Además, el plus es todo el elenco de actores que son amigos. Hay un cúmulo de cosas que me cerraron para aceptar", sostiene sobre el protagónico que comparte también con Paola Barrientos, Julieta Ortega, Celeste Cid, Griselda Siciliani, Juan Minujín, Mex Urtizberea, Luis Machín, Verónica Llinás, Violeta Urtizberea y Antonio Birabent.

"Nos llevamos re bien. Los conozco a todos", desliza sobre sus compañeros. "La mayoría nos conocemos y si no hay un vínculo directo hay una diagonal que llega de alguna manera. Con Georgina nos cruzamos en Córdoba. A Mex Urtizberea lo conozco hace años y es fuerte ver a Violeta ya grande, porque la conocí de niña. Con Antonio Birabent hice Verdad Consecuencia. Además, más allá de que te conozcas o no, somos un grupo consciente de que tenemos que hacer un buen producto", dice Damián con simpatía.

En la ficción de Telefé, su personaje tiene un vínculo indestructible con el de Fernán Mirás, algo que logra asemejarse en algún punto con la relación que forjaron desde hace años fuera de las cámaras.

Con Fernán somos amigos hace 27 años. El me metió en la tele. Yo estaba haciendo Drácula con Cibrián y de extra en una novela en Sonotex. Y Fernán me avisó que andaban buscando un violador para Zona de Riesgo, en 1992. Tenemos una amistad muy estrecha, que hace que laburemos en todo y la escena salga bien, y podamos trabajar en conjunto", sostiene sobre aquel lazo que sirve para plasmar en la ficción que precede al exitoso Graduados.

"En Viudas, Fernán y yo somos iguales: no crecimos y no nos queremos dar cuenta de que el tiempo pasó. Es como que pusimos nuestra boludez en pos del programa", comenta Damián, recalcando la inmadurez de su personaje. Antes de aceptar desdoblarse en la piel de Diego para Viudas e Hijos del Rock and Roll, un personaje que además acarrea una gran desazón amorosa en su vida, De Santo puso los puntos.

"Una de las condiciones que siempre pongo y lo sabe Sebastián y su producción es que yo laburo de lunes a jueves, y después viajo a Córdoba. El domingo a última hora vuelvo en micro para grabar el lunes temprano", cuenta este actor de 46 años y 27 de una carrera desplegada en televisión, cine y teatro. " Viajar todas las semanas es un esfuerzo grande pero vale la pena. Como estoy acostumbrado a viajar aprovecho el viaje para estudiar todo lo que tengo que decir", asegura el muchacho que en su regreso a la pantalla chica recrea también una conflictiva historia de amor ocurrida durante un verano de los años '90 cuando conoció a Miranda (Paola Barrientos).

En esa tórrida estación se enamoraron y quedaron en reencontrarse en Buenos Aires, pero el ahora DJ se accidentó y no pudo llegar a la cita por lo que carga la culpa de haber sido el causante del desencuentro. "Diego Lamas se enamoró de Miranda un verano, pero el destino quiso que no volvieran a encontrarse sino 20 años después. Ahí se da cuenta de que ella es su gran amor y quiere recuperarla, pero Miranda ahora está casada, tiene hijos y está en una posición económica muy alta", cuenta el artista que hace poco se manifestó en polémicas declaraciones en torno a la inseguridad del país.

Transitó por Princesa, Vulnerables, Verdad Consecuencia, Canto Rodado, Mi Cuñado, 22 el Loco, Locas de Amor, participaciones especiales en las tiras Tiempo Final e Infieles, Amor Mío y B&B, junto a Romina Yan, y el último, Botineras.i



"Los unitarios no son negocio para la TV"

Desde que debutó en la pantalla chica en 1993 en Zona de Riesgo, muchos fueron los trabajos en los que se destacó. De Santo tiene en claro el negocio de la tevé y a lo que elige sumarse.

"Sé que los unitarios, que me encantan, no son un negocio para la televisión abierta. El negocio de la ficción es una tira, entonces hay que adaptarse a hacer una tira de buena calidad como en este caso. Por eso acepté gustoso. Las novelas no me gustan, me deprimen un poco", confiesa este intérprete que celebra no tener el peso del único protagónico.

"Acá no siento el peso del protagónico. Siento que lo que funciona muy bien son los elencos corales y está bien que sea así porque sino, es agotador. Me parece que la pareja protagonista debe existir en los culebrones, pero esto es otra cosa, es una historia que la cuentan muchos. Si aparezco primero en los títulos es porque el personaje está escrito desde ese lugar para esta historia, nada más. En esta tira tenemos todos el mismo nivel de responsabilidad".