Luego de llenar dos veces en teatro Gran Rex, el Chaqueño Palavecino critica la falta de difusión del folclore argentino, un género que es víctima del advenimiento de la música extranjera

El fin de semana pasado presentó en el Gran Rex su disco número veinte, "De Criollo a Criollo", un homenaje a Don Atahualpa Yupanqui, de quien se considera un "gran admirador". Así como hizo con Horacio Guarany, con quien tuvo la oportunidad de cantar sobre un escenario, quiso ser un medio para seguir recordando la obra de un ícono de la música folklórica argentina, como fue Yupanqui. "Hice una selección de unos cuantos temas de Don Ata, cosa que muy pocos cantantes lo hacen", dice el Chaqueño Palavecino en un mano a mano exclusivo con DIARIO POPULAR.

"Viene clareando", "Piedra y camino", "El arriero", "Córdoba Norte", "La pobrecita" y "Violín de campo" son algunos de esos temas. "Canto sus canciones a mi manera, con mi estilo. Esta es mi versión, mi forma de hacerlo, ni mejor ni peor", dice Palavecino, quien continúa su gira por Mar del Plata, Neuquén, Bahía Blanca, Tucumán y Salta.

l ¿Cree que la música folklórica está poco difundida?

-La música nacional toda no está bien difundida en nuestro país. Atahualpa ha sido el más difundido porque los rockeros y los folkloristas lo han agarrado siempre, pero a nosotros nos invade lo foráneo a pesar de que el país es muy folklórico. En Salta, por suerte, vamos a seguir guitarreando por mucho tiempo.

l ¿Qué tiene Salta que ha sido cuna de tantos folkloristas?

-Es una provincia con mucha identidad. El caballo te lleva, hay peñas. En el tradicional desfile en honor a Güemes hay cada vez más caballos, más jinetes, más gente de campo. Y la gente de campo allá está relacionada al folklorista, a la tradición y a la buena comida. Por eso sigue la empanada salteña siendo un referente regional y una fuente de trabajo para tanta gente... Los tamales, las humitas...

l Habló de la empanada salteña y de las humitas. Los cocineros están rescatando las comidas regionales del país, ¿qué pasa con el folklore?

-Tendría que venir un folklorista junto con el quesillo con un miel, jaja. Pero hay un montón. Lo que pasa es que las grandes industrias han cerrado. Se consume otra música, entonces al no vender, al que tiene que vender ya no le preocupa si cantás bien. La música nacional no está bien promocionada y se va perdiendo.

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l ¿Se considera un purista del folklore? Por qué nunca intentó hacer un folklore más melódico como otros cantantes...

-Bueno, yo también hago romántico, pero un chamamé romántico. Siempre algo dentro del folklore. Después, sí, soy un folklorista nato. Trato de hacer siempre lo mío.

l ¿Qué diferencia hay entre la "chaqueñada" y el estilo de Atahualpa Yupanqui?

-Nosotros tenemos menos notas. Al no tener academia, se hace música como se la siente. En la zona nuestra la hacían así. Un violinero volcaba el violín, no el arco, porque aprendía de esa manera y se daba maña. Lo mismo nosotros, los cantantes. Lo de Don Ata era muy académico porque él fue un hombre de academia. Escribió muy bien, hizo buenas melodías, y hay algunas picardías que no son para todos como cuando va a meter algunos semitonos justos. Y es más universal, nosotros somos más de una región.

l ¿Llegó a conocer a Atahualpa?

-No, pero yo pregunté y me dijeron: "A vos te hubiera valorado mucho". Porque hubo gente que iba y le hablaba de mí. Y él siempre les contestaba algo. Es lo que cuentan.

l ¿Cuál fue el secreto de haber permanecido tantos años con el folklore?

-El ángel de mi madre, no sé quién, alguien me alumbró el camino. Y yo fui por ese camino. Me han ayudado pero tampoco me quedé nunca. Si había piedras, no volvía para atrás, me hacía a un lado y seguía.

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