El conductor confiesa que el camino que realizo en los medios fue “menos sinuoso de lo que imagine”. Comenta que intenta que no lo encasillen y dice que en la tv “no se debe armar un personaje” para engañar al televidente.

El periodista y conductor Germán Paoloski, artífice de La Tarde de Radio 10 y del programa Nunca es Tarde analiza algunos de los aspectos medulares que hacen al ejercicio de su profesión, habla de sus temores personales y reflexiona sobre el mundo de los medios.

l ¿Cómo fue el camino que lo trajo hasta aquí?

-Fue menos sinuoso de lo que imaginé. Las cosas se me dieron más rápido de lo que pensé y en forma natural. A lo largo del camino, intenté no encasillarme y no temer a los cambios. Después de haber trabajado en varias señales deportivas, conducir un noticiero y hacer programas no vinculados con lo deportivo amplió mi horizonte. Si bien no me gustan los rótulos, me considero periodista y conductor.

l ¿Qué riesgos ocasiona ser conductor?

-Todo lo vinculado con lo público trae riesgos. Puntualmente, como conductor hice muchas cosas y, en ese sentido, corrés el riesgo que el público diga: "Al final, ¿éste qué es?", porque la gente encasilla y yo les escapo a esas cosas. Para mí, lo esencial es hacer bien tu tarea y con respeto. Cuando encaro algo, dejo todo en eso.

l ¿Siente que logró un estilo propio?

-Yo no copio a nadie. Haciendo un programa deportivo, conduciendo Operación Triunfo, Pura Química, un noticiero o en la radio soy la misma persona.

l ¿Es una marca registrada?

-Es lo que pretendo.

l ¿Por pecado profesional pediría perdón?

-No sé si es un pecado, pero no me gusta estar desinformado. Debido al lugar que uno ocupa, no puede darse el lujo de no saber ciertas cosas. Por suerte, muy pocas veces una información me dejó mal parado. En esas instancias, intenté no ahondar en el tema para no quedar en evidencia y salir por otro lado, pero eso no debe pasar.

l En el mundo periodístico, ¿qué se precisa para resistir?

-En mi opinión, no se debe armar un personaje. Hay que ser auténtico.

l El periodismo, ¿es el cuarto poder?

-No sé si es el cuarto poder, pero la prensa tiene un poder importante. De hecho, en esta última década hemos vivido la pelea del gobierno con los grupos mediáticos y eso se debe a que el periodismo tiene una trascendencia vital. Por otro lado, dicha pelea también le hizo abrir los ojos a mucha gente, que ya no toma al pie de la letra lo que lee, escucha o ve en los medios. Creo que el disenso nos hace crecer.

l Ocultar información, ¿es un delito moral?

-Creo que ocultar información está mal, pero existen situaciones puntuales que se deben contemplar. El deber es informar, pero existen circunstancias en las que uno debe plantearse si es necesario decir tal cosa, si sabe de antemano que hace un mal.

l En lo profesional, ¿se siente más allá del bien y del mal?

-Nunca me sentiría así.

l ¿Existe algún colega capaz de resistir cualquier archivo?

-Es muy difícil, sobre todo para los que pecan de soberbios y sienten que están por encima de las noticias y de los demás.

l Ser periodista, ¿lo mejoró como persona?

-Creo ser buena persona y si no fuera periodista también lo sería.

l Ser conocido, ¿lo obliga a dar el ejemplo público?

-No lo siento como una obligación, pero entiendo que la gente que ocupa un lugar público tiene la responsabilidad de no decir ni hacer cualquier cosa, de llevar una vida ordenada, porque muchos te pueden tomar de ejemplo. Aunque no seamos ejemplo de nada, hay gente que puede imitarte.

l Y eso, ¿lo vive como una carga?

-Lo vivo con naturalidad. No podría ser de otra manera.

l En lo profesional, ¿prefiere la calle o el escritorio?

-Estar todo el tiempo en la calle te quema y estar sólo en el escritorio, te aburguesa. En esta carrera debe haber un poco y un poco.

l El valor de la noticia, ¿lo edifica el periodista o la gente?

-Es una mezcla del periodista, del medio y de la realidad.

l La información, ¿no se puede imponer?

-Durante mucho tiempo, hubo medios que imponían cierta agenda.

l En los vínculos que establece con los demás, ¿de qué se cuida?

-Al conformar equipos de trabajo, me fijo qué clase de persona es la que va a estar conmigo. No me agradan los que ponen en riesgo el trabajo colectivo. Me resulta muy difícil trabajar con alguien con el que no tenga buena relación. Me pasó alguna vez y lo resolví profesionalmente. Al aire la buena onda se debe potenciar y la mala onda se debe intentar disimular.

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