Su consagratoria actuación en
The Truman Show (1998), indicó que, además de sus cualidades de comediante, podía encarar roles de mayor profundidad. Desde entonces, decidió dividir sus esfuerzos en realizar comedias como
Me, Myself and Irene (2000) y películas dramáticas como
Man on the Moon (1999) dirigida por Milos Forman y
The Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004).
Su sensibilidad y sus caracterizaciones probaron ser exactas para las adaptaciones a la pantalla grande, en clásicos como
How the Grinch Stole Christmas (2000) y
Horton Hears a Who (2008).
El estreno de su nueva comedia,
The Incredible Burt Wonderstone, es una producción que se refiere a un abatido mago, que vuelve a descubrir el amor por su profesión, y encuentra que un nuevo acto de magia amenaza destruir su retorno. Se presentó así una buena oportunidad para entrevistarlo en forma exclusiva para
DIARIO POPULAR en una sala del Paris Hotel & Casino en Las Vegas.
¿Fue éste su primer rol personificando a una persona poco o nada simpática?-Humm... No lo sé. Pienso que en Cable Guy (1996) mi personaje tenía poca simpatía.
¿Por qué su personaje tiene tanta animosidad?-Pienso que aquel que no es querido se muestra así. Tal vez él no lo era como hubiera querido su padre. Es el tipo que creciendo, pretende rechazar al mundo y que realmente lo quiere de su lado. Es el tipo de persona que se tira de los pelos durante tres horas para aparentar que no le importa nada de nada. (risas).
¿Ha conocido usted a alguien que sea de esa forma?
-No quiero nombrar a nadie. Pero la mayoría de la gente en Hollywood...
El personaje que usted representó es un mal ejemplo para los chicos. ¿Se inspiró en alguien para personificarlo?-Obviamente está el factor Chriss Angel (NR: conocido mago norteamericano) ya que él fue la inspiración del guión junto con David Blaine (NR: otro famoso mago norteamericano), pero yo quise ser uno de la próxima generación, la generación preocupante, que hace pensar y preguntar a la gente, ¿dónde vamos? Todo salpicado con un poco de cierta estupidez, otro poco de masoquismo, todo esas cosas que la gente le encanta ver en Internet (risas) pienso que es el camino hacia donde se dirige el mundo, y fue mi forma de burlarme de la situación. Fue divertido porque me encontré con David Blaine. Siempre fui respetuoso, pero siempre me sentí algo incómodo con los magos, porque no sé como hacen sus pruebas mágicas. David Blaine me arrinconó una vez en Miami donde hacía con sus manos su show y fue increíble. Me maravilló y el público se enloqueció con él, y uno de mis amigos comediante que estaba presente entre el público, y cuando los aplausos se fueron acallando, gritó: ' ¡Quemen al brujo!'. Fue algo extraordinario para un mago. Usted debiera ver un show de magia. y serruchar a una mujer por la mitad. ¡Y quemen al brujo! (risas).
¿Cuál fue la reacción de su novia o de su familia cuando lo vieron con ese pelo tan largo, con los tatuajes y todo lo demás?-Fue una reacción natural. Es algo divertido cuando me pego un tatuaje en mi cuerpo y me lo dejo sin sacármerlo y vuelvo a mi casa las muchachas les gustan los tatuajes. Es verdad que a ellas les gustan los tatuajes.
Volviendo a su rol, interpreto que fue una parodia de lo que está entre los jóvenes ¿Así estaba en el guión o lo hizo para reírse de la gente joven?-Ese aspecto ya estaba en el guión. Cuando me enteré de esa parte, me dije que eso para mi era rock and roll. Era algo muy bueno, y no estaba en mi pensamiento minimizar demasiado las cosas, como lo hago en mis propias películas, en las que me meto de cabeza con la gente que admiro, sumergiéndome en pequeños roles que los disfruto plenamente. Me puse esa peluca y fui un tipo totalmente distinto del que estaba planeado. El director (Don Scardino) se escuchó que dijo: Dios mío, es increíble! ¿Quién es ese' Fue algo igual a lo que me paso durante la filmación de Lemony Snicket (2004). Muchas veces los personajes son cambiados. Diez minutos antes lo hice frente a las cámaras con una peluca cualquier cosa puede cambiar la personalidad completamente. Cuando lo hice, el director preguntó quién era ese y yo le dije que era un tipo totalmente distinto, superior al personaje anterior. Parecía que iba a rechazar lo que yo hice, pero al final lo aceptó.
Quisiera saber respecto a su estilo, sobre su dinámica comedia, ¿usted nació ya con esa dinámica o es algo que usted desarrollo con el tiempo?-Fue algo que mi padre me enseñó. Mi padre fue el tipo que pudo mantener y concentrar la atención de todos aun sin intentarlo, porque siempre estaba animado. Cuando contaba una historia, su cuerpo se contorsionaba y su cara mostraba la forma característica del personaje. Yo era un niño y lo miraba y quería ser como él, porque veía que la gente sonreía y se la veía feliz. Desde ese entonces quise hacer que la gente sea feliz. Tenía a una madre enferma e intenté hacerla feliz. La mayoría de los comediantes provienen de madres enfermas. Intentamos hacerlas sentir mejor.
El hecho de que su hija Jane lo haya convertido en abuelo hace dos años, ¿lo ha cambiado a usted como persona?-Creo que en esa realidad alimenta un poquito al ego de todos los que nos convertimos en abuelos (risas). Diría que no puedo estar más emocionado. Puede sonar como algo cliché hablar de eso, pero con toda honestidad es como una dicha indescriptible para mí. Algo tan pequeño y es mi nieto maravilloso.
Usted se siente incómodo respecto a la magia porque no sabe cómo son la pruebas. ¿Las conoce ahora? ¿Es usted miembro del Secret Society of Magicians? Más aún, cuando vamos al cine nos gusta ver algo que nos maraville, que nos impresione. De otra forma, el público se siente desilusionado al ver que las pruebas no son tan peligrosas ¿Cuál es su opinión?-Pienso que ése es el motivo por el cual vamos al cine: para vernos en lugares peligrosos, donde jamás estaremos en la vida real y cosas por el estilo. Vivimos en una forma conservadora. De todo eso creo que estoy tomando conciencia. Kick Ass 2: Balls to the Wall, que será estrenada en junio, es algo violenta, pero yo interpreto a un tipo que no usa balas en su pistola (risas), sólo la usa para mostrarla. Pienso que nosotros hemos adquirido en cierta forma la adicción a la violencia. No quiero decirle a nadie cómo vivir, ya que creo que todo esto tiene un efecto en la gente.
¿Pero puede hace las pruebas de los magos?-No, no. Conozco muy poco. Tuve a un mago para que me enseñara algunas pruebas con las manos, pequeñas cosas, pero nunca las aprendí a fondo. No fueron necesarias para mi rol. Sólo fueron ilusiones que en realidad no necesitaba hacer. Soy diferente a otros actores. No aprendí nada y no mostré nada (risas).
Posiblemente aprenda en el futuro.
-No, es verdaderamente asombroso cuando uno ve a esos magos hacer su número, son increíbles. Realmente es una disciplina que es completamente diferente. Aprendí lo que tuve que aprender y nada más.
¿Está en contra de la violencia en las películas?-No estoy en contra, diría que últimamente no tengo un tremendo apetito por la violencia. Mi apetito ha cambiado un poco debido a las cosas que están pasando en el mundo y a la intensidad de la violencia en nuestra sociedad, así que definitivamente estoy cambiando. Por supuesto, no quiero ver reventar la cabeza de alguien contra una pared. No me atrae esa situación. No quiero juzgar a otra gente. Pienso en una sociedad, nosotros somos invitados por el universo en todas las cosas que están pasando, y que no son sólo cosas que pasan. Son conversaciones entre usted y el universo. Nosotros y el universo y el universo nos está invitando a alejarnos de la adicción a la violencia. Es una invitación para evolucionar y crecer un poco.